[Kai experiment M1K3.3X3] °1°

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Hace exactamente más de 200 años vivía como cualquier otro niño, tenía a mi mamá, mi papá lamentablemente había fallecido hace años y tenía a mi hermano menor, todos vivíamos en un a casa en un campo lleno de nuestros cultivos, era una vida sencilla, pero feliz... Oh bueno eso era antes de lo sucedido...

Mi nombre es Kai, el experimento "M1K3.3X3" .

Bueno a lo lejos de las colinas de la ciudad cubo el sol estaba reposando por el campo tranquilamente, mientras que yo regresaba tranquilamente de la escuela, un joven de cabello color azabache, con una camisa roja a cuadros con mi pantalón azul marino.

-Hola mamá- dije dejando mi mochila en una silla para después ir y darle un beso en la mejilla mientras estaba cocinando

-Hola hijo, me alegra que hayas regresado- mencionó mi mamá para después escuchar al fondo una tos bastante grande desde uno de los cuartos de la casa -todavia está muy delicado, ya le eh hablado al médico y dice que no sabe que es lo que puede llegar a tener-

-Eso no es bueno... Deberíamos hablarle a otro médico-

-Kai, ya es el cuarto médico que vemos esta semana y todos nos dicen lo mismo... Tu hermano tiene una enfermedad completamente rara que se desconoce por completo- dijo un tanto cansada y en un tono un poco triste

-Debemos seguir buscando hasta que logren saber que tiene y empezar a darle tratamientos- dije en un todo un poco más ansioso y preocupado

-No tenemos mucho dinero, hijo...-

Esas palabras jamás las olvidaré, pero debía admitir que mi insistencia por ayudar a mi hermano eran más fuertes que mi pensamiento en esos instantes, lo veía tan pequeño, tan débil... Y yo solo quería verlo feliz, quería verlo... Sonreír...

-Hola Kyan... ¿Cómo sigues hermano?- dije entrando a la habitación y con una sonrisa un tanto forzada para disimular mi preocupación

-¡Hermano!- dijo mi pequeño hermano tan sonriente, pero a la vez un tanto débil de fuerzas, su pelo era completamente blanco y con unos ojos azules hermosos que me dolía ver el como debajo de ellos llevaba unas ojeras enormes y su tono de piel cada vez se aclaraba más, además se hacerse más delgado... Me partía el corazón verlo de esta manera, pero siempre le prometí hacer lo posible para que se curará y fuera feliz -pues me siento un poco mejor, siento que estoy mejorando-

-si... Jeje, se que estás mejorando, pero se te tiene que empezar a dar tratamiento para que te cures por completo- dije mientras pase mi mano por su cabello y lo despeinaba un poco

-¡Pronto me recuperaré!-

Era obvio que lo haría... Pero no de la manera que uno pensaba del todo, pues mi hermano recibió mucho tratamiento médico, doctores, enfermeras, brujos y demás venían a la casa para darle todo tipo de medicamentos cosa que ninguna le hacía efecto para que mejorará y pronto mi paciencia se iría agotando al igual que nuestro dinero y como último recurso que estaba tomando con mi madre era tomar el dinero de la casa...

Ya no había nada que comer, nada que hacer... Nada por vivir... Lloraba desconsoladamente diariamente en mi cama, en la escuela, el día a día que pasaba sin encontrar solución alguna, pero mi hermano no perdia fe alguna en curarse. Aún que como dije era obvio que se curaría y yo lo ayudaría, pues recuerdo muy bien ese día, era más de media noche y buscaba no pensar en el hambre que tenía y solo buscaba dormir, pero no contaría con que esa noche no lo haría ya que una luz brillante pasaba por el cielo a lo cual me levanté rápidamente a ver y para mí suerte era una estrella fugaz tan bella y resplandeciente, entre lágrimas empecé a rogar desesperado la cura para mi hermano, su salvación, su recuperación.

De un momento para el otro mi vista se fue perdiendo, pues una luz se acercaba hasta finalmente caer a unos cuantos metros de nuestro campo a lo cual salí corriendo a ver qué es lo que sucedía y si... Era la misma estrella que había caído del cielo, era inexplicablemente hermosa, tan brillante, tan poderosa y ahora era toda mía. Por un momento pensé en qué estaba soñando hasta que la tomé con mis manos y la admiré y sentí una fuerza incontrolable recorrer mis venas, había pérdido el apetito, había recuperado mis fuerzas y toda esperanza sobre la vida de mi hermano y me había dado cuenta de algo... Era verdad mi hermano se podría curar... ¡Se podría curar! Y todo este tiempo estaba enfrente de mi la cura... Era yo... Yo era la cura y que mejor cura...

Que la muerte...

Ya no más sufrimiento, ya no más enfermedad, solamente un sueño tan hermoso sin fin, en paz, en tranquilidad en un paraíso tan maravilloso que yo le podía dar.

Y así fue como sucedió, nadie nunca lo supo, la vida de mi hermano y mi madre se había ido a un descanso eterno para siempre en la tranquilidad del cielo, pero recuerdo haber escuchado los gritos de mi hermano más de una vez en mis sueños en las noches, pero no me arrepentía, pues habia cumplido mi palabra, hacerlo sonreír y sacarlo de la enfermedad de una vez por todas, mi risa constantemente se oía y resonaba por los bosques de Ciudad Cubo, mis brincoteos se quedaban implantados en el pasto, era una satisfacción el poder haber ayudado, después de todo había cumplido mi cometido aún que el precio de una vida tan pura como la de mi hermano era más que obvio que traería consecuencias a mi vida y no lo había notado...

Sus gritos, sus lamentos, su odio hacia mí era constante en mi mente, en mi corazón... En mi alma, era ahora como una marioneta muerta y sin vida paseando y riendo de mis desgracias, de mi vida, era notorio que mi cordura había colapsado o bueno eso creería uno...

Pero en realidad el alma de mi hermano estaba sobre mi y ya no tendría escape desde ahora

[ ∆ The children's experiments M.L ∆]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora