Ana| Adicted
Hoy era la comida en casa de Elsa, así que me encontraba arreglándome casual, ya que solamente íbamos a estar en su casa, aparte quería estar cómoda
Me puse un pants gris, bastante bonito la verdad, hice unas onditas en mi cabello y mi maquillaje básico, tome mi bolso y las llaves de mi carro, yo iba a pasar por amari para irnos juntas, así que salí de mi casa rumbo a la de ella
Cuando llegue a su casa, salió enseguida y se subió a mi carro
—Holaa-me saludó de beso
—Hola sis, cómo va esa barriguita-le dije poniendo el auto en marcha
—Cada vez mejor, ya no estoy tan asustada, pero obviamente aún sigo teniendo los cuidados
—qué bueno, me alegra muchísimo la verdad! Vas a ver que en menos de nada vas a tener al peque en tus brazos
—Ay ya se! Ya muero por que esté en mis brazos-dijo y en el transcurso a la casa de Elsa seguimos platicando
Cuando llegamos Elsa nos recibió y ya se encontraba adentro Grisel
—Hola chicas, qué bueno que si vinieron-nos dijo abrazándonos
—Hola, pues si-me reí- aunque la verdad casi que no venía, porque pues tenía un poquito de trabajo
—Ay no, ¿de verdad? ¿Pero ya te desocupaste?-me preguntó Elsa
—Eeh, pues si, un poquito, mis trabajadores me están ayudando muchísimo la verdad
—Ay qué bueno, pasen a la cocina, justo estaba terminando de cocinar
Nos adentramos a su cocina y nos sentamos en la mesa, ya que Elsa muy amablemente se ofreció a servirnos, porque no quería que nos paráramos
—Pero bueno chicas, ahorita nada de andar hablando de trabajos eh!-dijo grisel
Todas nos reímos y empezamos a platicar temas de nosotras, como el embarazo de cada una etc...
[...]
Más tarde en la casa de Elsa, nos encontrábamos sentadas en la sala viendo una película, cuando de repente la puerta de la entrada se abrió dejando ver a Alfredo y a Iván detrás de él
Ambos entraron con su porte muy imponente y se acercaron a saludarnos
—Que onda Ana, ¿cómo andas?-me preguntó Alfredo súper amigable
—Hola, muy bien, ¿Y tu?
—Al millón-dijo y se acercó con Elsa para preguntarle sobre qué había hecho de comer
Iván saludó a todas hasta que le tocó acercarse a mi
—Hola Ana, qué tal
—Hola!-le respondí
El dejo su teléfono y su gorra en la mesita del centro, y tomo asiento a un lado de mi
—¿Por qué te fuiste tan misteriosamente el día de la fiesta?-me preguntó volteándome a ver
—Oh es que, mi hermana estaba en el hospital y pues, no me quería quedar ahí