Capitulo 3: Una Petición de un Profesor Pokémon

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Ya habían pasado unos diez minutos desde que me separé de Plata y Oro para que cada uno siguiera su camino a casa, sin embargo iba muy desanimado ¿La razón? ¡No pude comer un helado! ¡Mierda! Soy tan miserable, esperé todo el día para comer uno y ahora tendré que volver a mi casa con las manos vacías...Bueno, al menos fue algo emocionante ver a uno de esos militares extraños que a palabras de Plata y Oro, son muy fuertes, aunque realmente no tengo mucho interés

Mi madre me dijo que es por mi edad y no sé si sea cierto, pero me aburro con facilidad, no soy de las personas que se sorprendan fácilmente, así qué, mientras no sea comida o una mujer sexy entonces no me importa

De pronto, de la esquina de la calle frente a mi, salió rodando hasta caer al suelo frente a mi un señor obeso con lentes de cabello chino y negro cubierto por una gorra negra, llevaba una gabardina café oscura ya muy sucia y desgastada, intenté no prestarle atención a la mancha roja que empezaba a notarse en la gabardina a la altura de su estómago, algo extraño con él es que en su mano llevaba un maletín de color gris metálico algo rayado y sucio, quien sabe en que lugares ha estado ¿Será un inmigrante? No, no tiene rasgos latinos ¿Un Japonés?

-¡Ayayayay! Aún no me acostumbró de las calles en mal estado...mierda, ya no creo llegar a tiempo con esta herida...¿Que hago?- Comentó aquel extraño señor mientras se sobaba la cabeza e intentaba levantarse. Viendo bien su rostro, el tipo tenía grandes ojeras y su rostro parecía demacrado y debil, cómo si no hubiera dormido en días o estuviera muy enfermo

Mmm, un Hombre gordo con lentes y cabello negro...¿Será el tipo al que están buscando? La verdad no estoy muy seguro, pero existe la posibilidad de que esté tipo sea peligroso... parece un depredador sexual, que asco

Mientras miraba a aquel extraño, se dió cuenta que lo veía y me hizo dar un leve sobresaltó cuando nuestros ojos se encontraron. Después de sentirme incómodo decidí seguir con mi camino y pasar rápidamente al lado de él para no involucrarme de más, sin embargo, mientras pasaba a su lado escuché que murmuró:

-...Ya no tengo más opciones, a este paso me alcanzarán y se llevarán a éstos pequeños...-

Lo único que pude sentir después es que alguien por detrás tomo de mi hombro y me hizo girar, se trataba de esté tipo extrañó, quien con un rostro desesperado ya me había tomado de ambos hombros

-¡Espera, Joven!- Me dijo rápidamente, su boca le apestaba, al parecer no se había bañado en días

-¡O..Oye! ¡¿Que haces?! ¡Suéltame, yo no te he hecho nada! ¡No pienso decirle a nadie que te vi!- Le dije muy asustado y asqueado, quería que esté sujeto me soltará

-Joven, tranquilo, no pienso hacerte nada...Yo solo necesito que me hagas un favor ¿Quieres ganarte unos billetes?- Me dijo tratando de hablar lo más calmado posible para que le hiciera caso

-¿Eh? ¡¿Por quién me tomas, viejo cochino?!- Le dije con ganas de vomitar, prefería morir antes que ser la novia de un gordo asqueroso ¿Porque mierda tenía que nacer en un país tercermundista? ¿Acaso este es el destinó de todos los chicos guapos de secundaria?

-¡N..No me refiero a nada malo!- Me dijo soltando mis hombros al instante mientras agitaba sus manos rápidamente -*cof**cof*...Joven, por favor, toma mi maletín, llévalo en 5 días al pueblo de Rancho Escondido, está a poco más de una hora de aqui-

Inmediatamente aquel extraño lanzo a mi pecho aquel maletín metálico y sucio el cual tome por inercia

-¿Q..Que? No lo quiero, ni siquiera le he dicho que sí- Le contesté mientras levantaba una ceja, está situación me daba mala espina, además ¿Porque quería que fuera al pueblo de Rancho Escondido, aunque es una coincidencia, en ese lugar vive mi abuelo

Entre tanto, aquel hombre buscaba en su bolsillo como si las prisas lo matarán saco un puñado de billetes arrugados y manchados de unas gotas rojo oscuro, esperó que no sea sangre, y los coloco en la palma de mi mano

-Es todo lo que tengo chico, dentro del maletín está la dirección exacta a dónde debes dirigirte, si entregas el maletín te pagarán más, lo prometo, solo no le digas a nadie de todo ésto- Me explicó lo más tranquilo que pudo, pero era obvio que estaba muy desesperado

-O..Oye...- Intenté decirle, intenté negarme, pero antes de que pudiera decir algo más, la tierra debajo de nosotros dió una leve sacudida, no fue tan fuerte, no obstante hizo que me espantará un poco ¿Un terremoto? Pero en éste lado del pais nunca pasá

-*Cof*...¡Maldición! ¡Ya me encontraron!- Fue lo que dijo aquel hombre con miedo en su rostro mientras estiró sus manos y me dió leves palmadas en los hombros mientras me empezó a empujar para que avanzará y me dijo:

-¡Ahora corre antes de que lleguen, ellos vienen por mí, no saben nada del maletín!*Cof* Pero aún así date prisa y ve a casa, no olvides lo que te pedi ¡Cuando llegues al lugar, pregunta por la Profesora Jacara!...Dile que te envía el Profesor Aoki...Y por favor dile ésto por mí...-

Las palabras que aquel hombre gordo me encargo decir se quedaron grabadas en mi mente por alguna extraña razón, tal vez fue la forma en que lo dijo, sonaban como si las hubiera dicho un héroe de alguna película romántica

Después de decirme ésto solo se hecho a correr tambaleándose de un lado a otro por la calle donde yo había llegado, no me había fijado cuando estaba conmigo, pero dejaba gotas de sangre con cada paso que daba

Al tiempo que yo seguia viendo al sujeto extranjero que me pagó por algo que nunca accedí a hacer, otro temblor sacudió la tierra aún más fuerte y el suelo empezó a vibrar mientras se escuchaban pisadas cada vez más cerca de la calle donde aquel hombre gordo llegó rodando. Pese a lo apuesto y maduro que puedo parecer, aún soy un adolescente, así que el miedo se apoderó de mí y decidí hacer lo que ese hombre me encargó y corrí con dirección a mi casa llevando en mi mano aquel maletín

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