Un Sueño Que Deseo Hacer Realidad(Gemeliers) (TERMINADA)

Con Jesús En El Lago

Una vez me sumergió debajo del agua y en una roca vi una cosa escrita, pero no la pude leer bien ya que estaba muy abajo, así que decidí sumergirme un poco más y finalmente vi que ponía lo siguiente: ¿Quieres salir conmigo?
Al leerlo me quedé completamente atónita y subí rápidamente a la superficie.

Jesús al ver que ya había subido dijo: ¿Lo has visto? Yo sin decir ni una palabra me acerqué lentamente a Jesús y le cogí de la mano, sumergiéndonos los dos y una vez sumergidos le besé. Jésus me miró alucinado y pensé que se le saldrían los ojos de sus órbitas. Al poco rato volvimos a la superficie hasta que Jesús dijo: ¿Entonces eso es un sí? —me miró alucinado.
Yo: Puede —sonreí traviesa—.
Jésus: Dios, qué contento me haces fea.
De repente se acerca lentamente a mí y me besa delicadamente.
Yo te quiero feo.
Jesus:Yo no.
Al oírle decir eso, le miro poniendo pucheros, riéndome.
Jesus:Yo te amo.
Cuando dijo eso sin pensármelo dos veces le besé.
Jesús: ¿Guapetona mía, nos salimos ya del agua y comemos algo?
Yo: Vale, pero no he traído comida.
Jesús: Lose, pero tranquilo. Está todo bajo control.
Yo: Vale mi vida—sonrió—.
Jesús: ¿Me has dicho mi vida? —Se pone rojo.
Yo: Si, bobo. -me echo a reír-x
Jesús: Me encantas, princesa—me sonríe—.
Yo: Y tú a mí—le beso—.
Jesús: ¿Vamos a comer, princesa?
Yo: Vale mi vida.
Una vez acabamos de comer, Jesús dijo: ¿Princesa, nos vestimos ya y nos vamos? Yo: Vale (sonrió).
Dicho esto, ambos nos vestimos y Jesús me cogió de la mano dirección a mi apartamento. Yo: Jesús, ha sido una tarde estupenda (sonrió).
Jesús: Todo es estupendo mientras esté con mi niña—sonríe—. Yo le miro y me pongo roja.
Jésús: ¡Ay que se pone roja! Se echa a reír y me besa lentamente.
En ese momento llegamos a mi apartamento y vemos a Dani que nos mira con rabia a ambos, pero le ignoramos y subimos a mi apartamento.
Al poco rato Dani pica al timbre y dice: ¡Oye Judith!, ¿qué no me vas a invitar a entrar?
Yo:¿Que quieres?.
Dani: ¡¿Qué, qué quiero?! Quería arreglarlo, pero ya veo que no pierdes el tiempo liándote con mi hermano—grita—.
Yo: ¡Pero eso a ti que más te da hemos roto, así que lo que haga con mi vida es cosa mía, así que déjanos, ¡qué quieres!
Dani: ¡Vale, me voy y si te hace algo mi hermano no me vengas llorando eh! Dicho esto se va.
Yo: Puf, ya ni nos deja tranquilos —grito—.
Jesús: Princesa, déjale, tiene envidia de nosotros —se echa a reír—.
—Yo me echo a reír—. ¿Vemos una película?
Jesús: Vale.
Dicho esto, me levanté del sofá, puse la película y me volví a sentar al lado de mi niño. Una vez que empezó la película, Jesús me atrae hacia él apollandome en su pecho y me empieza a acariciar el pelo mientras vemos la película.
Pasada una hora y media acaba la película y Jesús me dice que se tiene que ir a casa, pero yo insisto en que se quede a dormir conmigo hasta que finalmente accede a quedarse. Yo:Mi niño voy a hacer la cena vale??.
Jesús: Vale, princesa, yo voy a mi casa y cojo las cosas—sonríe—.
Yo: De acuerdo. —sonrió y le doy un beso antes de que se vaya por la puerta—.
Cuando Jesús se va, pasa un rato y tengo la cena lista para cuando él vuelva. Al cabo de quince minutos pica Jesús y le abro la puerta aprovechando que aún está subiendo. Pongo los platos en la mesa para que esté todo listo para cuando él llegue.
Jesús: Ñam, que bien huele por aquí —sonríe—.
Yo: Gracias, mi vida, vamos a cenar, que se enfría la comida...
Jesús: Sí, vamos a cenar, princesa.
Empezamos a cenar y Jesús me mira travieso, hasta que finalmente dijo: ¿Qué pasa, mi niño? Jesús: Que no me creo que seas mía —sonríe—.
Yo: (sonrió) y acabamos de cenar.
Yo: Mi vida, ¿me voy a poner el pijama, vale?
Jésus: Nos cambiamos juntos—me mira travieso—.
Yo: Vale—le miro traviesa—.
Entre a la habitación y me puse a buscar el pijama y una vez encontré el pijama, me quité la ropa y me puse el pijama mientras notaba que Jesús me recorría el cuerpo de arriba a bajo con la mirada.
Jésus: Mi niña, tía buena.
Yo: Para nada.
Jesus:¿Que,no?
Cuando dice eso me empuja a la cama y me empieza a besar el cuello.
Yo: Mi niño, no provoques—me rió—.
Jesús se rie y se tumba en la cama a mi lado. Yo me quedo dormida abrazada a Jesús y él me da un pico y se queda dormido acariciándome el pelo cariñosamente.