¿Qué trasciende más allá del amor? ¿Existe algo que pueda superar la magnitud del vínculo materno al tener a su hijo en brazos por primera vez? ¿Algo que supere el amor incondicional de un niño hacia su fiel compañero canino? ¿O que rivalice con la pasión de un pintor hacia su musa?
¿El poder y el dinero quizás? ¿Acaso estos conceptos y bienes materiales poseen una importancia superior a aquellas escenas de amor y ternura que otorgan fortaleza y consuelo? Sin lugar a dudas.
Resulta sencillo negarlo con palabras, pero para algunas personas, demostrarlo con hechos se vuelve complicado.
Kim Yeonjun, un joven maestro y comerciante originario de uno de los pueblos más desatendidos económicamente en Seúl, era una de esas personas.
Creció en un entorno donde el amor nunca fue una necesidad prioritaria. ¿Y saben por qué? Porque en un lugar como Seúl, el respeto se ganaba a través del poder y el dinero, no mediante el amor. Para Yeonjun, lo que verdaderamente necesitaba eran esas dos cosas, ya que el amor nunca les brindó ayuda a él ni a su hermana.
Oh, su hermanita Minjeong, tan dulce, delicada y hermosa como una doncella en un cuento de hadas, tan humilde y llena de gratitud. Completamente opuesta a su hermano.
— Hyung, debes tener más cuidado la próxima vez con los animales del mercado. — ella regañó suavemente mientras colocaba la compresa fría sobre el ojo morado de su hermano mayor — ¿O has tenido problemas con los compradores otra vez? — preguntó, y los ojos de Yeonjun se desviaron hacia su hermana, sus ojos temblaron un poco, pero luego tomó con su mano izquierda la compresa para presionarla sobre su herida y empujó a su hermana con su diestra, sin usar la fuerza.
— No es nada, Minji, ya déjame. — regañó Yeonjun — ¿Qué has estado haciendo? ¿Llegó el arrendador?
— Mm, no, no hoy. — murmuró la joven nerviosamente.
El mayor se levantó del suelo echando un suspiro de alivio; aún no había conseguido reunir el dinero para el pago de su hogar.
— ¿Has hecho tus tareas hoy? — preguntó directamente el hombre hacia su hermana menor, y esta asintió rápidamente — Tráelas. — pidió en un tono seco y una mirada que insinuaba indiferencia.
La joven Minjeong asintió entusiasmada y corrió para traer lo que su hermano le había pedido. Para ella, era un honor que alguien tan inteligente como Yeonjun fuera su maestro. Ella había aprendido a escribir, leer, sumar, restar, multiplicar y dividir gracias a su hermano, sin contar que también le enseñó matemáticas avanzadas, historia y todo lo que necesitaba aprender. Era un privilegio que muy pocas doncellas eran dignas de adquirir.
Esa noche, Yeonjun se encargaba de revisar todas las tareas que le había dejado, ella aprovechó para hacer la cena. Ambos hermanos en silencio, el único sonido que irrumpía en la habitación era el chisporroteo de la comida en el fuego y el crujido de las hojas de pergamino y la única fuente de luz eran aquellas lámparas de aceite que ambos estaban usando para sus actividades.
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𝐓𝐇𝐄 𝐂𝐎𝐔𝐑𝐓𝐒𝐇𝐈𝐏 • 「soojun」os
FanfictionLa avaricia lo llevó a ofrecer a su hermana al emperador, no resulta como tenía en mente. Contenido adulto ҂Soobin/ top ҂Yeonjun/ bottom.