La balada de Cleiver

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Y entonces deseaste que nada cambiase. Cerraste lo ojos y todo se quedó inmóvil. Creaste un espacio el cual sería tuyo. Un mundo nuevo: las reglas eran tuyas. Temiste a las sombras y el sol se detuvo. Temiste a la erosión y el río no varió su curso. Y así, el mundo continuó, así el mundo se mantuvo. Creaste una casa y esperaste a Godot.

Pero, algo cambió. Las reglas se desvanecieron. Mantuviste los ojos cerrados y, aun así, el mundo cambió. Godot todavía no llegaba, pero el sol continuó girando, los ríos cambiaron su curso. Las sombras nuevamente emergían y la tierra se despendería. Así el mundo continuó, así el mundo se mantuvo. Tomaste una cinta y esperaste a Godot.

Dime, pequeña cigarra, ¿Cuándo detuviste tu canto? Godot todavía no ha llegado y aún así guardaste silencio. El mundo siguió su curso y los ríos continuaron girando. El sol se alejó hace tiempo en su viaje por el espacio sideral. Los ríos fueron creando meandros escapando de la orilla y se evaporaron con el tiempo. Tomaste aliento y esperaste a Godot.

Dime, pequeña cigarra, ¿Cuándo volviste a cantar? Creo que no vendrá Godot y aun así sigues esperando. La casa que construiste se volvió tu fortaleza. Aguardaste tiempo en esta fortaleza a que llegase Godot y así no detuviste tu canto. La cinta fue empujada por el viento y aún así mantuviste tus ojos cerrados. ¿Aún esperas a Godot?

Entonces, volviste a desear que nada cambiase. Las calles se mantuvieron bulliciosas y nuevas generaciones se acercaron y nuevas generaciones se fueron. La vida se mantuvo así. El mundo que una vez fue tuyo desapareció. Los ríos que visitaste se fueron. ¿Aún esperas a Godot?

Pero algo cambió. Deseaste algo. Cual estrella fugaz, abriste los ojos. Esperaste ver a Godot aguardando a que abrieses lo ojos, pero nada había cambiado. Estabas en la casa que construiste. La cinta seguía a tu lado. Y Godot... ¿Dónde estará Godot?

Creo que entiendo por que lo esperas. Pasaron los minutos, quizá las horas, y aún esperas. La casa que construiste se derrumbó y la cinta fue arrastra por el viento. Creo que entiendo por que lo esperas. Pasaron los días, quizá semanas y aún esperas. Las flores nacieron del terreno que una vez fue tuyo y nuevas telas se pudieron hacer del algodón.

Quizá Godot ya no venga. Creciste. El tiempo hizo su trabajo. Pequeña cigarra, puedes volver a abrir los ojos. El mundo cambió, es cierto, pero el sol sigue alumbrando tu ventana. Los ríos siguen bañando la orilla. Tu casa sigue brindándote protecciones y la cinta está lista para cuando vuelvas a necesitar cerrar los ojos. Gracias a tu esfuerzo, nuevas flores fueron germinando. Gracias a tu esfuerzo, nuevas telas fueron producidas. Y, ¿Godot? Godot no volverá, Godot emprendió un nuevo viaje... Godot, se despidió hace tiempo. ¿No lo recuerdas?

¿Por qué lloras, pequeña oruga? Godot estaría triste de verte así. Creciste. Aún puedes volver a verlo. Solo debes cerrar los ojos. Desea que el mundo no cambie. El sol se detendrá por ti. Los ríos se detendrán. Las casas se mantendrán en pie y las telas que empezaste a tejer estarán aguardando a por ti, a que abras los ojos. Quizá así vuelva Godot.

¿Por qué lloras, pequeña oruga? Falta poco para formes tu crisálida. Signo de que has crecido. Toma ese papel y continúa realizando trazos. El sol de detendrá y los ríos dejarán de correr. Quizá eso era lo que Godot quería.

Creo que ahora entiendo a Godot. Los palitos un día se formaron y crearon las formas. Las formas dieron conceptos y los conceptos crearon los cambios. Pero, algo no cambió. Fuiste tú. Quizá fuiste una oruga, formaste una crisálida y terminaste siendo una mariposa. Quizá fuiste una cigarra que cantó en tiempo de tristeza y guardó silencio en tiempo de bonanza. Pero, todo este tiempo esperaste a Godot. Creo que ahora entiendo a Godot. Cuando vuelva a tomar ese papel y vuelva realizar esos trazos. Nada cambiará y podré seguir esperando a Godot. 

Mayerling - Una historia de Xiaro y CleiverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora