Ethereal Tales

Una flor, una espada.

Su rastro quedaba enmarcado en aquel cruel barro,
mientras que su larga cabellera flameaba con encanto.
"Cuerpo en el abismo, corazón en el paraíso"
él repetía firmemente, con su mirada reflejada en la espada.
Una flor veía en su camino la hoja de gran filo,
esperando el deseado encuentro
que él algún día quiso.
Las gotas de rojo carmesí teñían sus mejillas
tan dulces e inocentes,
tornándolas en unas frías e indiferentes.
Ni por millones de vidas pasadas, él dejaría ir a su amado,
por el amor que vivía dentro de él, nisiquiera aunque haya cambiado.
El sentimiento crecía fuertemente, convirtiéndolo en una preciosa pieza de joya.
Su vida él le confiaba, y un anillo le fue entregado, su alma encapsulada él decidió regalarle.
Con esmero y delicadeza, en su cuello lo colgó
dejándole a saber que su amor por él nunca desapareció.