Eras una chica tranquila, te mudaste a un lejano pueblo intentando huir de tu antigua familia, tú padre falleció cuando eras pequeña y tu madre llevó a casa a un hombre el cual era tu padrastro.
Cansada de vivir en aquella casa por los golpes y las humillaciones diarias por parte de tu madre y tú padrastro decidiste irte de allí sin dejar rastro sin saber que sería de ti después de hacer eso.
Te fuiste lo más lejos posible de tu antigua ciudad acabando en un pequeño pueblecito en una montaña, parecía bastante tranquilo y la gente era amigable, el problema es que tú no tenías demasiado dinero y solo pudiste pagar una pequeña habitación en un hostal, cuyo dueño era un hombre algo amargado y extraño.
Entré en mi pequeña habitación y vi una cama y una pequeña mesa, que era lo único que cabía, el baño era compartido, no me agradaba mucho aquel lugar pero debía hacerlo para empezar un nuevo comienzo en mi vida.
Acomodé algo de ropa que traía en mi mochila y me tumbé en la cama, pensando en como sería mi vida a partir de ahora, unos golpes en la puerta me hicieron salir de mis pensamientos.
Aurora- ¿Quién es?
Mike- Soy tu vecino de habitación, te vi llegar y quise pasar a saludarte, me llamo Mike
Aurora- Hola Mike, es un gusto conocerte, yo soy Aurora
Mike- Vaya, que bonito nombre, perdón que ponga esta cara, esque pareces muy joven
Aurora- tengo 18 años, los cumplí hace poco
Mike- Mmm bueno *dijo rascándose el pelo* yo tengo 27
Aurora- Está bien, ha sido un gusto hablar contigo, si me disculpar quiero descansar, he cogido varios autobuses para llegar hasta este pueblo
Mike- Si claro, hasta luego Aurora
Mis vecinos son agradables, quizás no parezca tan horrible vivir aquí, podría acostumbrarme.