Capitulo 1: El descubrimiento.

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La noche estaba envuelta en un manto de oscuridad cuando Katherine McLaren regresó a su apartamento después de una larga jornada en la oficina. La lluvia golpeaba suavemente contra los cristales de la ventana, creando un murmullo reconfortante en la tranquila noche de la ciudad.

Katherine dejó caer su bolso sobre la mesa de la entrada y se quitó los zapatos con un suspiro de alivio. Estaba a punto de dirigirse a la cocina cuando el sonido del timbre de la puerta la detuvo en seco. Frunciendo el ceño, se acercó a la puerta y miró a través del ojo de la cerradura.

"¿Quién es?", preguntó con cautela.

"Oficial de policía, necesitamos hablar con usted, señorita McLaren", respondió una voz grave desde el otro lado de la puerta.

Katherine sintió un nudo en el estómago mientras abría la puerta y se encontraba con dos policías de aspecto serio parados frente a ella.

"¿Qué está pasando?", preguntó, tratando de mantener la calma.

El oficial a cargo, un hombre con una expresión impasible, le tendió un sobre. "Lamento molestarla a esta hora, señorita McLaren, pero necesitamos que nos acompañe a la estación para responder algunas preguntas en relación con un asunto serio".

Katherine sintió que su corazón se aceleraba mientras tomaba el sobre y lo abría con manos temblorosas. Su pulso se detuvo cuando vio las fotografías que había dentro: imágenes de la escena de un crimen, con cinta amarilla marcando el área y detectives trabajando frenéticamente.

"No puedo creer esto...", murmuró Katherine, su voz apenas un susurro.

"Lo siento, señorita McLaren, pero encontramos sus huellas dactilares en la escena del crimen", dijo el oficial, su tono firme pero compasivo. "Necesitamos que nos acompañe a la estación para aclarar este asunto".

Katherine sintió que el suelo se abría bajo sus pies mientras el significado de las palabras del oficial se hundía en su mente. ¿Cómo podían estar sus huellas en la escena de un crimen del que no sabía nada?

Con el corazón lleno de temor y confusión, Katherine siguió a los policías fuera de su apartamento, sabiendo que su vida estaba a punto de dar un giro inesperado y aterrador.

Katherine se deslizó en el asiento trasero del auto de policía, su mente girando con preguntas y miedo. Mientras el vehículo se abría paso por las calles mojadas de la ciudad, luchó por mantener la compostura, pero el peso de la acusación pendía sobre ella como una losa.

En la comisaría, fue conducida a una pequeña sala de interrogatorios, donde la luz fluorescente brillaba implacablemente sobre ella. Los detectives la miraban con una mezcla de sospecha y profesionalismo, mientras le hacían preguntas sobre sus actividades de esa noche y su posible conexión con la víctima.

"¿Puede explicar cómo es que sus huellas dactilares terminaron en la escena del crimen, señorita McLaren?", preguntó el detective Smith, un hombre con una mirada penetrante.

Katherine se aclaró la garganta antes de responder, intentando mantener la calma. —No lo sé, detective. No tengo idea de cómo podrían estar mis huellas en ese lugar. No estuve allí, lo juro".

El detective frunció el ceño, apoyando las manos sobre la mesa. "Señorita McLaren, las pruebas forenses no mienten. ¿Por qué deberíamos creerle a usted en lugar de confiar en la evidencia que te incrimina?"

Katherine sintió un nudo en el estómago mientras luchaba por encontrar las palabras adecuadas. "Porque soy inocente", dijo con firmeza. "No sé cómo sucedió esto, pero haré todo lo posible para demostrarlo".

Después de lo que pareció una eternidad, finalmente la dejaron ir con la promesa de que la llamarían si necesitaban más información. Katherine salió de la comisaría con la mente turbia y el corazón pesado, preguntándose cómo podría probar su inocencia cuando incluso las pruebas físicas la incriminaban.

De vuelta en su apartamento, se sentó en silencio en la oscuridad, sumida en sus pensamientos. Sabía que no podía permitirse darse por vencida, que debía encontrar la verdad y limpiar su nombre, cueste lo que cueste.

Con determinación en sus ojos, Katherine se levantó de su silla y se dirigió hacia su escritorio. Sacó un cuaderno y un bolígrafo, listos para empezar a desentrañar el misterio que amenazaba con destruir su vida.

Katherine abrió el cuaderno y comenzó a escribir, dejando que sus pensamientos fluyeran en la página mientras intentaba ordenar el caos que se había apoderado de su mente.

"¿Cómo puedo demostrar mi inocencia cuando todas las pruebas apuntan en mi contra?", murmuró para sí misma mientras el bolígrafo trazaba palabras en el papel.

Una imagen de la escena del crimen se formó en su mente: la cinta amarilla que rodeaba el área, los detectives revisando cada rincón en busca de pistas, y sus propias huellas dactilares impresas en el lugar equivocado en el momento equivocado.

"Debo encontrar una explicación", se dijo a sí misma con determinación. "Algo debe haber sucedido para que mis huellas terminaran allí".

Con esa idea en mente, Katherine se sumergió en su investigación, repasando mentalmente cada detalle de las últimas semanas en busca de alguna pista que pudiera ayudarla a descubrir la verdad.

El reloj en la pared marcaba las horas mientras Katherine trabajaba sin descanso, su mente trabajando a toda velocidad mientras intentaba encontrar una solución a su dilema.

Finalmente, cuando los primeros rayos del amanecer comenzaron a filtrarse por la ventana, Katherine cerró su cuaderno con un suspiro de cansancio. Aunque no había encontrado respuestas concretas, sabía que no podía rendirse. Su vida estaba en juego, y estaba decidida a luchar hasta el final.

Con ese pensamiento en mente, Katherine se levantó de su escritorio y se dirigió a la cama, lista para enfrentar los desafíos que le deparaba el día siguiente. Porque aunque la noche hubiera terminado, su búsqueda de la verdad apenas comenzaba.


intentare continuar la historia, quien lea esto si es que alguien lo lee déjenme comentarios de como queréis que siga la historia :).


Una acusación inesperadaWhere stories live. Discover now