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Ya había pasado una semana desde nuestra llegada era momento de empezar a convivir con las personas, Joyce había conseguido trabajo en el hospital del pueblo ella estaba muy contenta por eso, en cambio Lily, Danielle y yo no tanto pues tendremos que asistir al instituto y digamos que después de haberlo pasado más de cinco veces empezaba a ser sumamente aburrido, pero igual no es como que pudiéramos hacer algo ya que Joyce se veía feliz en forks y no queríamos arruinar esa felicidad así que solo accedimos.
Era lunes, nuestro primer día en el nuevo instituto, por una parte me hacía ilusión ver cómo eran las personas acá.
—Kendall apúrate, sabes que odio llegar tarde— dijo Lily sacándome de mis pensamientos
—ya voy exagerada—rodé los ojos y agarre mi mochila
Al bajar Joyce nos tenía preparado una bolsa de sangre a cada una, mientras nos daba un beso en la mejilla para después salir e ir al instituto.
El camino era demasiado aburrido así que decidí poner música.
—Amo está canción—en la radio sonaba la canción bla bla bla de una banda que me gusta mucho llamada Måneskin
—No entiendo cómo a ti y a Danielle les gusta eso, es tan vulgar— dijo Lily haciendo una mueca de asco
—okey Lily, métete con todo menos con mi amado Måneskin—dijo Danielle frunciendo el ceño
—concuerdo con Danielle— sonreí mientras escuchaba la canción
—esta es la mejor parte—aplaudi
—Ah ah ah ah ah i don't get how i felt in love i guess i like playing with your dog it made me feel like we had a son but fu-fu-fu-fu-fu-fuck you— cantamos al unísono Danielle y yo mientras Lily solo rodaba los ojos
Estuvimos así como veinte minutos en lo que llegábamos al instituto, veníamos cantando mientras Lily decía que ya nos callemos a lo que hicimos caso omiso pues solo conseguía que cantamos más fuerte. Después de un largo viaje como lo llamo Lily, llegamos al instituto, no había mucha gente en el estacionamiento a lo mucho diez personas, optamos por bajarnos y entrar.
Al entrar se empezaron a escuchar murmullos acerca de nosotras algunos buenos y otros no tanto, aunque nunca nos importa que diga la gente de nosotras.
—parecen unas diosas— son muy lindas— seguro que son unas zorras— ella será mi novia— ni siquiera son tan bonitas—ella es rubia falsa— a una de ellas me la voy a dar—
Esos eran los murmullos que mis hermanas y yo escuchábamos, era sorprendente como la gente se expresaba de alguien que apenas estaba viendo.
—Esa mal teñida se atrevió a decir que soy rubia falsa!?— Danielle y yo soltamos una carcajada —de que se ríen, iré a dejarla seca,maldita mal teñida—
