Malos Hábitos || Fangar (Fang x Edgar)

Parte I - Un rechazo.

Las luces del lugar iluminaba a todas las personas a mi alrededor, logrando observarlos de diferentes colores, aveces con unos destellos azules y otras veces con algunos rosas.
La música ambientaba todo el sitio, aun que no pude percatarme mucho de los demás  ya que una chica me había llamado la atención, entre todas estas personas ella bailaba como si no hubiese nadie, era el centro de atención; sus tonalidades eran perfectas para la iluminación del lugar, el rosa le quedaba bien en esa piel morena, el azul le resaltaba todavía más aquellos ojos cafés y ni hablar del rojo, la hacía parecer más viva de lo que ya era, la hacía ver inalcanzable.

Y así fue como conocí a Shelly, en un antro en plena semana de exámenes; ambos estábamos en segundo grado de preparatoria cuando esta coincidencia sucedió, me había cautivado tanto con su forma tan única de ser y no sabría decir si era por el alcohol que había ingerido pero creo que sabía perfectamente que siempre la estuve observando desde ese día, se convirtió en mi Crush, y fue grande la sorpresa cuando supe que incluso iba en mi mismo salón. Desde ese entonces sabía que tenía que conquistarla.
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Último año de Preparatoria, usualmente suele ser el más difícil para aquellas personas las cuales desean mantener su promedio alto con el fin de que una buena universidad los acepte; más por suerte mía ese no es mi caso.

Me desperté con un dolor de cabeza indescriptible, parecía ser que había bebido más de lo que pensé la noche anterior, casi no recordaba nada de lo que había pasado; me levanté con cuidado de mi cama y agarré  una pastilla que estaba en mi buró. Siempre tenía pastillas para el dolor de cabeza al lado mío ya que frecuentemente las crudas siempre venían acompañadas de un dolor punzante en la cabeza, como si me estuvieran taladrando el cráneo, era horrible pero cierta parte de mí decía que valía totalmente la pena el dolor por aquel rato de diversión.

Me dirigí hacia mi armario y saqué mi uniforme para el colegio, se encontraba algo arrugado más no le tome mucha importancia, quizás no se notaría ya que lo tuviera puesto. Una vez ya cambiado me observé al espejo y me hice una coleta en el cabello con esto de que lo tenía bastante largo; eso me dio muchas complicaciones en la escuela ya que siempre me pedían que lo cortara pero es que simplemente no podía cortarlo, ¡mi autoestima depende de mi cabello!

Camine hacia la cocina y comencé a prepararme un huevo revuelto ya que por la hora que era no había demasiado tiempo para hacer algo más, sabía que de igual manera ya iba a llegar tarde pero si iba a llegar tarde al menos lo iba a hacer bien, iba a llegar desayunado; especialmente porque tenía que pedalear hacia la escuela, el autobús ya se había ido sin mí y por supuesto, no tenía carro; no ganaba lo suficiente con eso de que a duras penas había conseguido un trabajo en el cine y ni siquiera como estrella si no como un cinepolito, un dolor de cabeza cuando se estrenan buenas películas, aún recuerdo cómo tuve que perseguir a dos personas por toda la plaza mientras se intentaban llevar la decoración de cartón, sentía el aire del despido en la nuca de no ser porque a último momento pude quitarles el cartón de sus manos.

Una vez bien desayunado me salí de mi alquiler, tome mi bicicleta y con toda la tranquilidad del mundo pedaleé hacia la escuela, me quedaba como a 10 minutos pedaleando pero por la velocidad en la que iba quizás serían unos 12 minutos; simplemente no tenía prisas ni ganas de ir a la escuela, estaba cansado, con sueño y adolorido de la cabeza, sin olvidar las ganas de vomitar que traía.

Al llegar al colegio estacioné mi bici en su respectivo lugar, le puse su seguro y guardé la llave en mi bolsillo para que nadie pudiese robarla.

Camine hacia mi salon y me acomodé una vez más el uniforme mientras me dirigía a la puerta, al estar frente a esta tome una bocanada de aire y después la solté, toqué dos veces la puerta y la abrí con cuidado.