"Roos, quiero que tú me ayudes a vivir..."
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La noche se asomaba en la ciudad de Tokio. Personas a prisa, comerciantes guardando sus mercancías, entre otros; todos deseando volver a casa.
Una jovencita de cabello cobrizo deambulaba por las calles gélidas de la ciudad. Su estado de ánimo era pensativo, ida. No entendía lo que sentía, no encontraba forma para describir sus emociones de hace un rato.
¿Traición? ¿Dolor?
Desde un inicio supo que algo estaba mal. Aunque siempre era precavida con las cosas, nunca imagino que algo tan insignificante tomará el control de sus acciones. Y como si su estado de ánimo afectara el clima, desde el cielo comenzaron a caer pequeñas gotas de agua. La lluvia ahora la acompañaba.
Sus mejillas se tornaron rojizas por el intenso aire que restregaba en su rostro, sus manos antes cálidas ahora estaban frías. Camino sin rumbo en específico, ya no le interesaba a donde ir, solo no quería volver al lugar de antes.
Mientras esto ocurría, en su mente volvió aquella persona que llegó a inquietar sus emociones.
Pelirrojo, labios ligeramente rojizos, un par ojos de color amarillos, los cuales quedo hipnotizada. Auriculares de color naranja que siempre lleva puesto junto a su chaqueta de color negro con acentos de color amarillo y naranja.
Descripciones muy comunes y poco atractivos para algunos; sin embargo, aquellos rasgos "ordinarios" lograron confundir a la de cobrizo.
-¡Cada vez que intento conocerte termino lastimada Luciel! -. Recordó lo que había dicho para el pelirrojo.
Sentía una decepción descontrolada, tanto que no se fijo en donde iba y termino caminado al lugar que menos se imaginaba. Un parquecito que contenía tantos recuerdos buenos como malos. Un parque en el que tal vez nunca debió ir, ni mucho entablar conversación con alguien.
Se encamino directo bajo un árbol que permitía refugiarse de la lluvia. Se sentó sobre el pasto húmedo, se acurró tratando de provocar un poco de calor en su cuerpo, y en un pequeño intento observó el cielo nublado por las nubes grises.
Los recuerdos traicionan, más si son nostálgicos, y en el caso de ella, le traicionó de la peor forma en la que pudo haber pasado.
Su memoria comenzó a reproducir como a una película todo lo vivido. Hasta el momento más feliz de su vida, hasta el más miserable que pudo recordar. Apretó más sus piernas contra su pecho, buscando consuelo de algún lugar al evocar a las personas.
Tomo aire, tratando de volver en sí, pero las lágrimas desprendían de su vista. Una mezcla de agua y llanto se mezclaban sobre sus mejillas.
Todo el caos que ahora vivía fue interrumpido por unos cuantos segundos. La lluvia cesó, las lágrimas se calmaron, y esa persona apareció. "El ángel que cada ser contiene o lleva siempre". En su caso fue alguien muy cercana a ella.
-La lluvia te hará mal-hablaron detrás de Roos.-Vamos a casa.
La cobrizo reconoció el tono de voz. Era fácil de distinguir.
-No quiero volver-susurró acurrucándose más para sí misma.-Y tú tienes que irte-levantó el tono de su voz-Te ensuciaras la ropa.
El pelinegro al oír la petición de la joven se negó. Y no solo eso, sino que se arrodillo frente a ella. Su rodilla estaba ensuciada por barro, su camisa ahora estaba levemente sucia con las gotas que el aire conducía.
-Si tus emociones están confundidas por alguien, debes aclararlos-. El tono que usaba era calmado, deseando entrar en razón a la joven que tenía frente.-Huyendo no lograrás nada.
La de cobrizo levanto su mirada para encontrarse con la de pelinegro.
-Tal vez no soy el indicado para hablar de sentimientos, pero quiero ayudar. Así como lo hiciste conmigo.
Al decir esto, la señorita dejó todo su cólera atrás y abrazó al chico que tenía a su al frente.
El pelinegro no se quedó atrás, y soltó el paraguas que traía en manos para abrazar por completo a la de cobrizo. Aunque poco hablará, el ya contenía sentimientos por la chica que lloraba.
-Incluso si Luciel miente, le obligaré a decirte la verdad-declaró con el ceño levemente fruncido.- Si con eso puedo tranquilizarte, entonces lo haré.
Ambos se quedaron observando uno al otro. Los ojos de la cobrizo estaban lleno de amor puro y sincero. Un amor de amigos.
Mientras que el pelinegro la observaba con delicadeza, escaneando cada facción de la jovencita como si deseará conservar en su memoria su rostro.
Y aunque no era el momento, él no se pudo contener y habló.
-Quiero ser la razón por la que rías.
Tras la confesión, la lluvia cesó. Fue como si la confesión hubiera parado la lluvia.
El azabache seguía mirando a Roos, esperando una respuesta por parte de ella; sin embargo, el rechazo era inminente, ella no sentía nada más que una bonita amistad.
¿O sí?
𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 𓆟 𓆝 𓆟 𓆞 𓆝 𓆟𓆝 𓆟 𓆞Gracias por leer.... Este fanfic tal vez pueda tener algunos errores gramaticales, lo siento si eso ocurre. ¡Pero quiero dar las gracias a quienes están leyendo esto!
Si tienen alguna opinión respecto a la historia comenten :)!Me gustaría que votarán, eso me incentiva a seguir escribiendo. Tenga lindo fin de semana...
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𝑬𝑵𝑻𝑹𝑬 𝑽𝑬𝑹𝑫𝑨𝑫𝑬𝑺 𝒀 𝑴𝑬𝑵𝑻𝑰𝑹𝑨𝑺: (𝑅𝑜𝑜𝑠 𝑎𝑛𝑑 𝐿𝑢𝑐𝑖𝑒𝑙)
Fanfiction-"Eres dueña de mi corazón, mi amor por ti solo se detendrá cuando deje de respirar." Así fue como supe que Luciel solo me tenía a mí. Aunque fingiera tranquilidad con los demás, en su interior siempre se sintió solo. -"Y mi corazón, mientras siga...