Capitulo Único

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╰┈➤ Llovía, y no precisamente pequeñas gotas. Después del verano y otoño tan calurosos característicos de la alborotada ciudad de Marbella, llovía en lo que parecieron ser ya bastantes semanas sin signos de esta y vaya que la vegetación por no decir las incontables palmeras de la ciudad esperaban esta agua.

En medio de esta vigorosa lluvia, se podía apreciar a un rubio correr apresuradamente buscando un local abierto o al menos una acera libre de la lluvia, mientras corría, vio a un loco riendo y jugando bajo la lluvia como si enfermarse o ser atropellado no estuviera siquiera en su lista de menores preocupaciones. Para su fortuna, cerca del loco habia un local con luces encendidas, lo único que necesito para entrar fue el lindo cartel de "Abierto".

¿Qué si estaba mojado? no, Estaba completamente empapado, si no fuera por su mal humor a causa de no solo la lluvia si no del jodido frio que hacia afuera que su chaqueta roja no ayudaba nada con lo mojada que estaba, hubiera lamentado el estar literalmente escurriéndose en el piso del acogedor local.

Se sentó en la mesa mas escondida del sofisticado pero casual establecimiento a pesar de estar solo...

—¿Por que esta abierto y no veo ni al tendero?— Se pregunto el rubio dejando su chaqueta en el respaldo de su silla mirando atentamente el lugar asegurándose de que si estaba solo. Es entonces cuando el loco de la calle entra riendo como si la lluvia de haya contado el mejor chiste de su vida, si Gustabo estaba empapado el lindo rubio que acababa de entrar literalmente se habia bañado.

—Momento... ¿Lindo?— Pensó al ver al hombre frente suyo tratando de acomodar su cabello rebelde y camisa blanca lo suficientemente mojada dejando ver su cuidada figura y tatuajes...—STOP, cálmate Gustabo, ¿Qué clase de lluvia esta haciendo afuera para hacerte pensar eso?— se regaño mentalmente mientras miraba mal al otro rubio.

Su cara se vio aun mas incrédula cuando vio al contrario ponerse un delantal que decía "Gambino café", ese loco trabaja aquí?.

—Piove a dirotto, ¿non è meraviglioso?— Al ver la cara de confusión de su cliente el rubio volvió a reír. Enserió, Gustabo no estaba para aguantar a alguien como el.

—Disculpe, antes que nada muy buenas tardes, espero que este disfrutando del día de hoy, soy Toni Gambino dueño del establecimiento y seré quien lo atienda hoy.— dijo con una sincera sonrisa dejando ver unos leves hoyuelos.

¿Buenas?... ¿Disfrutar?, ¿esta persona lo decía enserio?— Una pregunta, ¿usted esta bien?— el también era totalmente sincero, lo que tampoco entendió es la confusión en el contrario cuando el mas confuso era el. 

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Y ahí estaba, Comiendo Croissant con chocolate caliente mientras miraba las gotas deslizarse por el cristal, no necesitaba ser un genio para saber que no tenia pinta de dejar de llover en poco tiempo, ¿simplemente llovía fuerte o acaso estaba pasando el diluvio?.

Ese tal Toni se habia ido a la parte de atrás del local lo mas probable es que allá sido para cambiarse la ropa mojada, si Gustabo contara con esa opción no estaría medio temblando si no fuera gracias a la taza caliente entre sus manos.

  —Veo que estar loco no afecta tus habilidades de cocina... no puedo decir lo mismo ya que no se ni hervir agua— Pensó el rubio mirando a las personas correr de un lado a otro

— Veo que le gusto lo que eligió— Gustabo se sobresalto por la repentida voz, miro al contrario quien ya tenia su cabello perfectamente arreglado hacia atrás, su camisa blanca fue reemplazada por un suéter manga larga vino tinto, pantalones negros con zapatos de marca y una cruz plateada colgando en el cuello largo del abrigo.

Joder, si que le quedaba bien el rojo, ¿estaba con el dueño de una cafetería o un modelo de revista?, o porque se veía tan jodidamente sexy. Sin darse cuenta no podía apartar la vista del hombre frente suyo.

—Lo so sono carino, ma almeno nascondilo— Dijo con su ya característica sonrisa— ¿No son lindos los días lluviosos?— pregunto mirando la ventana.

—No, y menos cuando te mojas— dijo totalmente serio ignorando lo primero dicho por el italiano que claramente no le entendió.

Risa, eso fue lo único que recibió del otro rubio, si si ya entendimos que tienes bonita sonrisa ¿pero podrías parar de reír frente alguien que odia su vida y la vida en general?.

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—Fue todo un placer conocerlo y hablar con alguien como usted Gustabo, espero volverlo a ver en mi local o la próxima vez que llueva deberá buscar otro— Dijo sonriendo.

—Créeme que volveré cuando necesite hablar con un loco Bambino— Dijo saliendo del local mientras reía gracias a la contagiosa alegría del rubio mas joven, pero su sonrisa se borro cuando comenzó a estornudar.

—Últimamente la gripa esta por todos lados, ¡así que no culpes a la lluvia carino!— Escucho a lo lejos gritar al lindo rubio amante de la lluvia desde la puerta de aquella cafetería.




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