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* no habrá perfiles presentando a los personajes

* no habrá perfiles presentando a los personajes

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CHAN

 Lee Minho era lo que todo el mundo solía considerar un tipo normal, de esos que siempre saludaban, pero que mágicamente se volvían bastante raros tras morir por no haber sido en realidad nunca como el resto. Educado, pero reservado; en los cuatro años que había pasado viviendo en Hongje-dong, no había hecho ningún amigo. Pero siempre sacaba la basura a su hora, podaba el césped cuando le tocaba, evitando así desentonar con las demás casas, y a diferencia de Kim Seungmin, su vecino de enfrente, con el que los vecinos no estaban nada contentos, él nunca hacía ningún ruido, así que todos estaban bastante conformes con que viviera ahí. Lo único malo que se podía decir del señor Lee ni siquiera era sobre él, sino sobre sus tres gatos, quienes tenían la peligrosa costumbre de deambular por la calle de madrugada, dando algún que otro susto a los vecinos que salían en coche rumbo al trabajo. Pero por lo demás, era el vecino perfecto.

—Pero lo dicho, era rarito —dijo la vecina a la que Chan estaba entrevistando en ese momento. Chan tuvo que leer discretamente la libreta para recordar quién era—. Quiero decir —siguió Jihyo—, ¿quién se pasa cuatro años seguidos viviendo en un sitio y no invita a sus vecinos ni una sola vez a su casa? Siempre quise saber cómo la había decorado. Yo la vi antes de mudarme hace siete años, estaba dudando entre esa y la que terminé comprando. Tenía un salón enorme, pero con una forma un poco rara. Me habría gustado ver cómo lo deco...

Chan carraspeó, interrumpiéndola.

—Bueno, entonces dice que no vio nada ni a nadie raro ni esta mañana ni los días anteriores, ¿no? —preguntó, queriendo acabar cuanto antes. Jihyo era por fin la última vecina a la que le quedaba por entrevistar antes de poder volver a la comisaría. Debería haber sido la primera, pero se las había apañado bastante bien para estar en todas partes y en ninguna a la vez, viendo lo que hacía todo el mundo, pero desapareciendo siempre que quiso acercarse a hablar con ella.

Jihyo negó.

—No vi nada, salvo el cuerpo. Lo encontré cuando fui a llevar a mi bebé a la guardería.

—¿Su hijo qué edad tiene? Ver un cadáver puede ser traumático, sobre todo si se es muy pequeño.

Jihyo se rio.

—No se preocupe por él. —Chan la miró vacilante y ella se apresuró a aclarar—: Es un perro.

—Entiendo —masculló. Miró a su alrededor mientras apretaba los labios, ya solo quedaba él. El resto se habían ido poco después del levantamiento del cadáver, tras investigar la zona y recopilar todas las pruebas que pudieron encontrar. Chan sacó una tarjeta de su bolsillo y se la tendió a Jihyo—. Ahora debo irme. Por favor, no dude en llamarme si recuerda algo más, por muy irrelevante que pueda parecer.

Se despidió de ella y fue hacia el coche de policía. Lanzó la libreta de notas al asiento del copiloto y suspiró, poniendo el coche en marcha. Hacía tanto calor que tuvo que abrir la ventanilla, y no podía sujetar el volante más de lo justo sin que la goma que lo recubría lo quemara.

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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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Infiltrados | au changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora