Ellos dicen que el camino se pone difícil y te pierdes cuando te guías por la fe ciega.
Pero mi religión está en tus labios incluso si es un dios falso todavía lo adoraría y nos saldremos con la nuestra
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2022
El transcurso del viaje de México a España fue una mezcla de nerviosismo y anticipación. Miraba por la ventana del avión mientras las nubes pasaban rápidamente, preguntándome qué me esperaba al otro lado del océano. Tenía mucho tiempo sin ver a mi papá, lo extrañaba y mucho pero sabía que era una persona muy ocupada.
La despedida con mamá en el aeropuerto fue agridulce, con abrazos de oso y lágrimas que amenazaban con desbordarse.
—Te voy a extrañar tanto, cariño —susurró, apretando mi mano con cariño—. Pero sé que esto es lo mejor para ti.
A medida que el avión se acercaba a su destino, sentí un cosquilleo de emoción en el estómago. Estaba a punto de comenzar una nueva etapa.
......
El vuelo fue un poco más largo de lo que recordaba , me encontraba caminando por el aeropuerto de España en busca de mi maleta, cuando por fin la encontré la tomé y caminé hacia unas escaleras.
Al llegar a estas, escaneé la multitud en busca de mi padre, y finalmente lo vi parado cerca de la salida, con una sonrisa cálida y familiar en su rostro y gran cartel con mi nombre y corazones en este.
—¡Isabella! —exclamó, extendiendo los brazos para abrazarme tan pronto como me acerqué.
Me fundí en sus brazos, sintiendo nada más que alivio al tenerlo a mi lado. haciendo que me diera cuenta de cuanto lo había extrañado este tiempo. Mi relación con mi papá era hermosa y saber que no estaría sola en este país me dio un poco de consuelo en medio de todo el desastre que era mi cabeza
—¡Hola, papá! —dije, devolviéndole el abrazo con fuerza.
Después de saludarnos con entusiasmo mi padre tomó mi equipaje y nos dirigimos hacia la salida del aeropuerto. El aire cálido y perfumado de España me envolvió cuando salimos al exterior, todo era hermoso se notaba el primer mundo.
—¿Lista para conocer a mi equipo de trabajo? —preguntó mi padre, con una chispa de emoción en sus ojos.
Asentí con una sonrisa, mientras nos adentrábamos en el taxi que nos llevaría al hotel, observaba con curiosidad los paisajes que se mostraban ante nosotros. Las calles llenas de personas, las fachadas de los edificios adornadas con balcones de hierro forjado y las palmeras ondeando suavemente en el viento me recordaban un poco a las de México.
Mi padre y yo conversábamos animadamente sobre sus expectativas en el proyecto con el que estaba trabajando. Él me contaba historias sobre sus días de trabajo, mientras yo lo escuchaba atentamente .
El trayecto en taxi se pasó rápido, y antes de que me diera cuenta, estábamos llegando al hotel. Bajamos del taxi y recogíamos nuestro equipaje, nos dirigimos hacia la recepción del hotel, donde mi padre realizó el check-in y obtuvo las llaves de mi habitación. Mientras esperaba el hotel era elegante su decoración era moderna y tenía un ambiente acogedor.
