No hay mejor hogar que tú

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Clasificación: G (audiencias generales)

Juanjo está cansado y vuelve a casa. O mejor dicho, Juanjo está cansado y vuelve a los brazos de su amor.

⋙ O ⋘

Juanjo subió los últimos escalones que le quedaban para llegar a la puerta de su casa con un suspiro agotado. Decir que estaba cansado era quedarse corto; el trayecto de vuelta en taxi se le había hecho eterno, aunque apenas habían pasado veinte minutos.

Cada día, Juanjo agradecía el apoyo y la visibilidad que había ganado en los últimos meses gracias a Operación Triunfo. Sin embargo, había días en los que simplemente se sentía abrumado. No estaba quejándose; hacer música siempre había sido su mayor sueño y tener fans tan fieles era un regalo enorme. Pero a veces, resultaba difícil no ceder ante la presión del escrutinio mediático.

Para resumir, la próxima semana lanzaría su próximo single y desde que lo anunció, su móvil no ha dejado de echar humo por la cantidad de llamadas y mensajes de diferentes medios para dar entrevistas. Después de un día lleno de traslados de un lugar a otro para promocionar la canción, apenas podía sostenerse en pie. Estaba contento con el resultado, al fin y al cabo, con el paso del tiempo, dar entrevistas se había vuelto algo habitual en su vida y había aprendido los trucos necesarios para evitar las preguntas comprometidas o que no deseaba responder.

Eso no quitaba que a veces su cerebro terminase frito.

El maño sacó las llaves del bolsillo interno de su cazadora y abrió la puerta del pequeño piso en el que vivía, sintiéndose decepcionado al ser recibido por un silencio sepulcral. Le dieron ganas de tirarse de los pelos al recordar que la noche anterior Martin le había avisado que llegaría tarde a casa al día siguiente porque tenía cena con sus compañeros del elenco de la serie que había hecho con los Javis, que estaba siendo un éxito.

Volvió a resoplar mientras tiraba las llaves sobre el mueble de la entrada, escuchando como el sonido metálico retumbaba entre las paredes de su vacía casa.

Tras una ardua búsqueda, habían conseguido encontrar aquel pisito un par de semanas después de terminar la gira. Al cabo de múltiples meses viajando de hotel en hotel por diferentes partes de España, por fin pudieron asentarse en la capital en su tan deseado piso conjunto. Como era de esperar, la convivencia no fue un problema porque venían con la experiencia previa de la academia y no podían estar más encantados de tener su espacio privado después de tanto tiempo.

Eso sí, a su chico le costó un poco más adaptarse a la gran ciudad, pero no fue un problema que no pudiesen resolver. Poco a poco y juntos, ¿verdad?

Después de deshacerse de la cazadora y sus deportivas, arrastró los pies hasta el sofá del salón, donde se dejó caer, apoyando la cabeza en el respaldo a la vez que cerraba los ojos. Sintió como se desinflaba y como el cansancio le calaba los huesos. Estaba seguro de que podría quedarse dormido ahí mismo cuando el eco de unos pasos descalzos resonó a sus espaldas.

"¿Juanjo?"

Abrió los ojos de golpe y se enderezó en el sofá, buscando con la mirada al dueño de esa voz. "Martin." dijo cuando sus orbes se posaron sobre la figura de su novio que, a juzgar por su pelo húmedo, acababa de salir de la ducha. "¿Tú no tenías cena hoy?"

"Tenía, pero hemos tenido que posponerla." Respondió el vasco dando un par de pasos más en su dirección, hasta pararse frente a él. "Cosas de los Javis."

Juanjo asintió y aprovechó el acercamiento de su chico para observar su estado. Llevaba sus habituales pantalones de pijama, acompañados de una camiseta que le quedaba un par de tallas más grande. El mayor no sabría decir a quién de los dos pertenecía esa camiseta, ya que el hecho de compartir armario no había hecho más que ir en aumento desde que se mudaron juntos, pero le gustaba la idea de ver a Martin con su ropa.

Historias entre tú y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora