Clasificación: T (audiencias adolescentes y mayores)
Donde Martin pertenece al lado de Juanjo.
⋙ O ⋘
Martin se sentía ligeramente mareado por culpa de ese último chupito, no tendría que habérselo tomado. Pero ¿qué le iba a hacer? Todos sus compañeros lo habían hecho y —por una vez— el vasco se permitió seguirles al corriente. Al fin y al cabo, estaban en Bilbao y acababan de tener su primer concierto de la gira. Todos estaban que se subían por las paredes.
Cuando tras el concierto decidieron salir de fiesta, Martin propuso llevarlos a uno de sus lugares favoritos. Nadie se negó, depositando su confianza plenamente en uno de los más pequeños de la academia. Se habían pasado horas bailando y cantando a pleno pulmón, ahora que ya no tenían que cuidar la voz para el show. No había persona que esa noche no lo estuviese pasando bien.
Pero ya pasadas varias horas, en ese momento se encontraba volviendo a su habitación de hotel en el ascensor de este, con unas Ruslana y Chiara muy pasadas de copas. Por no hablar de Juanjo, que estaba riendo de manera descontrolada por algo que acaba de decir la menorquina. Llevaban así todo el viaje de vuelta, tenían suerte de que no hubiese nadie que los pudiese reconocer cerca, porque sería muy incómodo despertarse a la mañana siguiente con las redes comentándolo.
Aunque lo cierto era que él no había bebido mucho esa noche, por lo que podía decir que se encontraba en sus plenas facultades. Cosa que los otros tres no podían decir. No es que le molestase —ni mucho menos—, es más, le encantaba verlos así.
No pudo evitar que se le escapase una sonrisa, estaba tan feliz.
Que el primer concierto fuese en su casa y que pudiese compartir la experiencia con gente a la que quería tanto le llenaba el corazón de una sensación cálida, algo incluso más puro que la felicidad.
En cuanto la puerta del ascensor se abrió, les recibió el silencioso pasillo, causando que los tres ebrios del grupo empezasen a chistarse entre ellos para acallar sus risas y no hacer ruido. Obviamente, estaban consiguiendo lo contrario, porque sus intentos de silenciar a los demás no hacían más que causar más revuelo. Eso le arrancó una suave risa a Martin.
Tras despedidas torpes intercaladas con carcajeos, se vieron obligados a separar sus caminos, puesto que las dos chicas tenían la habitación al lado contrario del pasillo. Aun con la sonrisa plasmada en su cara, Martin arrastró a su novio hasta la habitación, donde este calló como un tronco sobre su cama compartida. Quiso decirle que al menos se quitase la ropa de calle para dormir, pero le dio por perdido en cuanto la respiración del maño pareció ralentizarse al caer dormido.
Soltó una risa nasal mientras negaba, qué le iba a hacer. Su chico venía así de fábrica.
Aprovechando su sobriedad, se metió en el baño para asearse antes de meterse en la cama. Se moría de ganas por quitarse la gruesa capa de maquillaje que tenía en la cara, que sumada al sudor acumulado a lo largo de la noche le estaba matando.
Ya con el pijama puesto, se estaba secando el pelo con una toalla después de haberse dado una ducha rápida cuando sintió unos brazos rodeando su cintura desde atrás. Al principio, no pudo evitar asustarse ante el contacto repentino, pero se relajó al instante porque sabía que el dueño de esos brazos no iba a hacerle ningún daño.
"Pensaba que ya estabas dormido." Comentó, buscando la mirada de su novio a través del reflejo de espejo. No recibió más respuesta que un par de besos en la mejilla. Las manos del mayor se colaron por debajo de la holgada camiseta del pijama, dejando lentas caricias circulares en la piel del vasco. "Estás muy sobón esta noche."
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Historias entre tú y yo
FanficPorque aún quedan todas las historias entre tú y yo. ➤ Recopilación de cortos relatos de Juanjo y Martin.