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Su espalda blanca aterciopelada y su cadera medio cubierta por una fina y blanca sabana es lo único que podía vislumbrar a través de la luz roja palpitante.

- ¿No es tarde? - la voz ronca del rubio interrumpió al castaño de sus pensamientos intrusivos - ¿Tu marido te dejará solo está noche también? - preguntó con malicia.

- Está noche no tengo hora de llegada, tal vez quieras dormir conmigo hoy - dijo con un tono suave el castaño, quería convencerlo y convencerse a sí mismo que no importaba más si su marido lo dejaría solo otra noche más.

-No creo que sea ese el caso, Min - el rubio se puso de pie dejando ver su esbelto, blanco y terso cuerpo como si de porcelana se tratará. Minho no desaprovechó la oportunidad de recorrer su cuerpo con la mirada-  Tengo planes para esta noche en el bar.

- ¿Quieres llevarme contigo? - preguntó el castaño haciendo un puchero, tal vez lo convencía. Pero el rubio no se inmutó ni siquiera de su rostro llenó de súplica, el continúo vistiendo sus jeans, luego la camiseta y por último la chaqueta de cuero negra, se acercó al castaño que continuaba desnudo recostado sobre la sábana.

- Si mañana no tienes planes, solo llámame - revolvió su cabellera castaña y salió de la habitación, dejando en ella solo el rastro de su perfume amaderado.

El castaño no tuvo de otra que vestirse y salir del cuarto de hotel para regresar a casa

"Ojalá tuviera amigos"
Pensó mientras terminaba de vestirse, asegurándose de no dejar ninguna de sus pertenencias en la habitación. Abandonando el lugar sin dejar rastro de él o de su amante en ese amargo lugar.

                                         🍓

Cómo era de costumbre el remordimiento carcomia su corazón y menté. Minho sabía que amaba a su esposo, si le preguntaban por qué la infidelidad no sabría que responder, porque ni siquiera el tenía la respuesta, su marido no era un hombre detallista o muy amoroso, pero nunca había sido así, incluso mientras sus años de noviazgo nunca había sido diferente y eso le gustaba a Minho era una relación extraña algo como "amor odió" pero siempre fue más amor que odió, sin embargo las cosas cambiaron desde que conoció a Chan siendo uno de sus clientes para un trabajo de remodelación de interiores para la casa de su madre. Supo desde el momento que lo vió que le llamó la atención y no solo eso, si no que era un chico bastante atractivo a cualquier ojo, pero lo que más le había gustado de él es que Chan lo mirará a él, no lo vió como el esposo o como el marido de tal Chan lo vió a él como hombre y esa mirada fue lo que hizo la diferencia al resto e incluso de su marido.

Minho ya se encontraba bajo las finas y lujosas sábanas de seda púrpuras de ese enorme cuarto que compartía con su marido y aún que ya era de madrugada la ansiedad lo consumía, se sentía furioso con su esposo por no llegar temprano, pero al mismo tiempo tenía un sentimiento encontrado de  querer verlo y que llegará con algún detalle pidiendo disculpas por su retraso y que solo lo abrazara y le dijera cuánto lo había extrañado durante el día, cuánto lo amaba y lo deseaba. Sin embargo todos los días era la misma historia, cuando el llegaba a casa solo se daba una ducha y se metía silenciosamente bajo las sábanas para no despertar al castaño, aún que está noche fue muy diferente.

Minho no podía dormir debido a los pensamientos tormentosos que daban vueltas y vueltas en su cabeza sin cesar cuando escucho un estruendoso ruido en la entrada de la casa. Salió corriendo a ver qué había sido tal ruido tan estruendoso que casi le saca el corazón del pecho por el susto, pero solo era su marido tirado en el piso de ebriedad. El castaño corrió hasta el pelinegro e intento levantarlo, pero había algo diferente en él un olor frutal, un perfume que claramente su marido no usa, en ese momento el castaño lo soltó con brusquedad causando que el pelinegro se golpeara la cabeza con fuerza.

-Auch- se quejo el pelinegro sobando su nuca - yo sé que me amas, pero no te parece que ese golpe fue muy innecesario - se levantó mirando a los ojos cristalinos del castaño - ¿Estás bien, Min? - pregunto angustiado el pelinegro al ver la cara del castaño tan sombría y los ojos al borde de las lágrimas.

- Si Hyun - Minho se levantó dejando al pelinegro en el piso.

"Me lo merezco" pensó el castaño "yo hago lo mismo

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Hola vengo de nuevo con una historia jsjs por fa denle mucho amor y apoyó esperó les guste.

Vuelve amarme Donde viven las historias. Descúbrelo ahora