Prólogo

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Mitch

Hoy era sábado. Así que me levanté de la cama hasta que mi vejiga estaba a punto de reventar, me levanté con tan solo unos calzoncillos, éstos eran mis favoritos, tenían un estampado de caritas felices. Camine medio adormilado a la puerta, pero antes de llegar, a mi dedito se le ocurrio saludar a su gran amigo llamado "esquina de mueble maldito", un terrible dolor se esparcio por mi pie. Lo tome entre mis manos y comencé a quejarme.

Al diaminuur un poco el dolor, mi dedo estaba rojito y lo sentía caliente. Intente ignorarlo y me dirigí al baño... Pero como siempre mi mala suerte hizo que mi hermana entrara primero. Lo peor era que tendría una cita con su novio. Así que creo que tendría que orinarme en los colzoncillos.

-¡Mierda, Anne! ¡Me voy a orinar! -grite golpeando la puerta.

Como lo dije antes, la mala suerte estaba junto a mi, y mi mamá pasó juntó a mi, y me escuchó decir " malas palabras"

-Hey, Mitch. Cuidado con tú vocabulario. -me reprendio y me dio un pellizcon.

Mierda. Cuanto odiaba que se dejara las uñas largas.

Asenti dolorido sobando mi brazo.

Mi aliento sabía a caca y no podía cepillarme los dientes, porque a mi hermana se le ocurrió la grandiosa idea de entrar al puto baño.

Al parecer la vida gritaba "¡Sí! ¡Vamos a hacerle la vida imposible a Mitch! ¡Seeeeh!"

Sentí como llamas venía y salí corriendo con mis manos en mi entrepierna. Salí al patio trasero y me fui hasta el rincón.

¡Y por fin!

Por fin pude orinar.

Solte un suspiro de alivio y me subí el boxer.

Al levantar la vista. La anciana de al lado me estaba mirando. Al parecer regaba las plantas cuando me encontró orinando.

Ella me miró y salí corriendo a casa. Resbalando al entrar. Caí de sentón al piso. Mi trasero si que dolio.

Dios. Ya me había golpeado el dedo, mi mami me había dado el pellizcón de mi vida, mi aliento olía a perro muerto, la viejita me había visto orinando y me había caído de culo. ¡Y a penas eran las 10:13am!

Mientras subía a mi habitación, mi hermana salió del baño. ¡Salió igual que como entró!

Tome una ducha y me puse unos jeans negros ajustados, un suéter blanco que tenía puntos negros, acomode mi cabello azul, me puse mis lentes y unos sucios converse blancos.

Baje las escalera y miré a todos comiendo.

Me senté a un lado de mi hermana y me serví un cereal. Uno que tenía un gallo verde.

¿En qué mundo los gallos son verdes?

Mi teléfono hizo vibrar mi trasero.

Lo tomé y tenía un mensaje de mi mejor amigo, Adam.

Adie

No me jodas. Ve las malditas noticias ahora mismo, carbón!!!

Mitchi

Ya voy.

Con pereza camine al living y encendi las noticias.

-"Así es. Los chicos de One Direction harán casting para un nuevo integrante. Las audiciones pasaran en NY, luego irán a L.A y finalmente seleccionaran a uno en Londres. Si no cantara como un burro cuando le pisas la cola, entraría. Las audiciones comienzan a las 10:30pm el próximo Sábado. No nos queda más que desearles suerte." -dijo la molesta voz de la chica de las noticias.

Escupi el cereal por todo el piso.

-¡Aaaaaahhhhh! -chille con una enorme sonrisa en la cara. Comencé a saltar por toda la casa y a gritar como niña desquiciada.
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Mitchi

No me jodas, cabrón.

Voy a tener un orgasmo!!!!!!! C:

Adie

Quiero ver :3

Mitchi

Te parece si voy a tu casa???

Adie

Ya vas. Mis papis no están, así que mueve tu culo.

Mitchi

;)

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-¡Ma! ¡Voy a casa de Adam! -grite desde el living.

-¡Llega tremprano cariño! -escuché decir a mi mamá.

Salí de casa y me dispuse a ir con Adam. Ese chico era como yo, era un completo desquiciado. Cuando lo veías parecía normal, hasta que lo veías comer o hablar. Adam era rubio, tiene ojos grises, piel blanca, es de baja estatura y su voz es la más chillona que he escuchado en mi vida.

Al llegar a su casa, Adam me recibió, y le creí por completo que sus padres no estaban, pues tan solo vestía unos boxers verdes con dinosaurios y tenía una mancha de algo amarillo en su pecho.

Al menos yo era más, más, más limpio... con el higiene personal. Mi habitación era como el basurero, y mi armario... creo que podría entrar a Narnia.

La casa de Adam era un desastre, había pizza en el suelo, unas latas de soda y cajas de pizza por todo el lugar.

-Mierda, Adam... ¿Eso es... vómito? -pregunté al ver una mancha sospechosa en el sofá. Adam se encojio de hombros.

-Nah. Espera... -dijo acercándose a la mancha.

Se acercó hasta que su nariz se quedó en el centro de la mancha. Y aspiró fuerte.

-¡Eres un cerdo asqueroso! -exclame.

-Sí, sí es vómito. -dijo com asco arrugando la nariz.

-Ve a tomar una ducha... apestas a mierda. -reí.

Adam subió, y en una hora ya estaba abajo. Vestía unos jeans negros y una camisa blanca, de manga larga y con rayas negras.

Decidimos salir un poco a tomar aire, y es que la casa de Adam estaba por cobrar vida.

-¿Irás a las audiciones? -preguntó.

Lo miré ovio.

-¡Jajajajajajajajaja! -mi carcajada se escuchó por todo el vecindario.

-No. Claro que no iré. -respondí cuando terminé de reirme.

-¿Cómo que no? Estás pendejo. Si tu no vas, yo mismo te llevaré de los huevos. -amenazó.

-Amigo, ¿Te das cuenta de que millones de personas audicionaran? ¡No hay oportunidad para Mitch! -dije un poco desanimado.

-Pero gracias al Espíritu Santo. Tienes un amigo llamado Adam que va a ayudarte. -habló Adam pasando un brazo por mis hombros. Yo era más alto, así que tuve que agacharme un poco.

-¿Harías eso por mi? -pregunté emocionado.

-Eso y más, amigo.

-Te quiero, Adie. -murmure.

-Yo también...

Amaba a Adam, era el mejor amigo que podía tener. Me daba consejos, sabía todo sobre mi, yo sabía todo sobre él... Sin dudas, Adam era MÍ mejor amigo.

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Hola. Es el prólogo. Espero y les agrade la historia.

Voten & Comenten.

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