Resumen:
Ser la jefa del clan Uchiha conlleva presiones increíbles. Y cada vez que se volvía demasiado abrumador, Naruto estaba allí para tomar el control y relajarla.Fem!Sasuke, temas pesados de dom/sub.
Texto de trabajo:
Cuando su padre murió en una misión y con Itachi enfermo, Sasuke de alguna manera se convirtió en la jefa de la policía de Konoha y del clan Uchiha con solo veintidós años.Ella no vaciló, no se doblegó. Ella manejó cada tarea que le encomendaron tanto el Hokage como su gente, cumpliendo con todas sus demandas y superando sus expectativas.
"Estoy muy orgullosa de ti", decía su madre, un poco llorosa por sus logros.
"Estás haciendo un mejor trabajo que incluso mi padre", le decía Itachi, con una sonrisa en su rostro fatigado.
Sasuke nunca tuvo tiempo de disfrutar de sus cumplidos, ella tenía un clan del que cuidar. Tenían muchos problemas y disputas, internamente, con el clan Hyuuga, con el resto de Konoha, pero ella mantenía un control firme, siempre calmando las cosas, siempre manteniendo a todos en control.
Y fue increíblemente estresante.
Fue un poco triste, pero fuera de su clan, Sasuke nunca tuvo amigos. Estaba tan ocupada cuando era niña, tratando de igualar los logros de Itachi, que evitó cualquier amistad.
Lo que sí tenía era un rival.
Un completo imbécil llamado Uzumaki Naruto. Un payaso de clase inútil, un huérfano sin nada que lo distinga más que ser el jinchuriki del Kyuubi.
A pesar de eso, era débil, estúpido y sin talento. Sin embargo, de alguna manera, se graduó de la academia y terminó en su equipo.
Por algún milagro y, Sasuke admitiría a regañadientes, con mucho trabajo duro, se convirtió en un shinobi competente. Un cachorro que alguna vez fue inútil y molesto y que de alguna manera llegó a morderle los talones, exigiendo su atención.
Odiaba eso, odiaba no poder simplemente ignorarlo.
Odiaba que él ocupara su mente cuando no había nadie más cerca, que la hiciera buscarlo para probarse a sí misma, para ver qué tan fuerte podía llegar a ser.
Sasuke odiaba convertirse en alguien en quien pudiera confiar. Más que eso, Naruto era la persona en la que más confiaba.
Por eso ella estaba en su casa, escuchando sus instrucciones, frotando su hinchado coño contra su pie, su resbaladizo goteando contra su piel.
Su vida era dura, estresante y, a veces, quería desesperadamente perder el control, aunque sólo fuera por unas horas. Y Naruto era el único hombre en quien confiaba lo suficiente como para sentirse segura al cederle el control.
"Mírate", murmuró en voz baja mientras sus nudillos le acariciaban la cara. "Frotándote sobre mí, como un animal. Eso es lo que eres, ¿no? ¿Solo un pequeño gatito, solo una pequeña mascota para mí?
Sasuke gimió de acuerdo, sus caderas se movieron, asegurándose de que su clítoris presionara contra el arco de su pie mientras ella se frotaba contra él.
Naruto giró su mano, su palma la acarició y Sasuke acarició su rostro con su mano, suspirando contra su piel.
"Puedo olerte, ¿sabes? Puedo oler lo mojado que estás, goteando por todo mi pie. Dios, ¿no eres tan patético?
Sasuke se quejó, su coño revoloteando ante la nada por sus duras palabras. Sus caderas tartamudearon cuando la otra mano de Naruto cayó sobre su pecho, pellizcando un pezón con fuerza antes de cambiar al otro, sin molestarse en calmar su dolor.
