[TP-1 / EP-05] - Visita

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Día 44
16 de Abril de 1972

¿Había costado? Por supuesto

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¿Había costado? Por supuesto. Todo su cuerpo dolía y se sentía tan pesado, que se le hacía imposible siquiera mantenerse de pie ella sola, pero con un poco de costumbre, lo logró.
Sus guardianes quisieron acompañarla para ayudarla a caminar, pero ella no se los impidió, quería der dependiente, tenía que mejorar ella sola. Entró al castillo y guardianes reales le dieron el saludo y le indicaron a dónde tenía que ir para hablar con la princesa Luna. Candance agradeció, y continúo con su camino, pero con cada paso que daba sentía que se cansaba cada vez más. Decidió tomar un respiro en uno de los pasillos, pero unos cascos sonando desde unos metros le llamaron la atención. Era otro guardia real, el cual se le acercó.

- Princesa Candance, ¿Está usted bien? ¿Necesita ayuda? -

- No, gracias, tranquilo. Solo estoy dando un respiro. -

- Entiendo, pero que no le dé pena pedir ayuda, está bien. Por cierto, perdón por interrumpir su descanso, pero, ¿Sabe o ha visto usted a la princesa Twilight caminando por aquí? La princesa Celestia me mandó a buscarla para que ambas hablasen. -

- Oh, no. Perdón, no la he visto. ¿Ya buscaste en su oficina? -

- Fue el primer lugar al que fui. -

- Mm, tal vez ella justo volvió cuando te retiraste. Ahora pasaré por ahí y veré si está allí,. Cualquier cosa te aviso a ti o a un compañero tuyo. -

- Está bien. Muchas gracias, princesa. Que tenga un plácido día. -

- Igualmente para usted. -

El pegaso hizo un reverencia antes de retirarse. Candance suspiró pesadamente y decidió levantarse para poder continuar su camino.
Al llegar a la puerta de la oficina de Twilight, tocó un par de veces antes de entrar. No recibió respuesta. Tocó un poco más fuerte, pero nuevamente, no hubo permiso de ingresar a la oficina, así que simplemente entró sin consentimiento.
Al entrar, la alicornio morada sí se encontraba allí, pero estaba encima de su escritorio, aparentemente dormida.
Candance se acercó a ella y con uno de sus cascos le empujó varias veces el hombro con suavidad hasta lograr que se despertara.
La joven abrió los ojos, y se llevó una sorpresa al ver el rostro de la pony que más había extrañado.

- ¡Candance! -

Expresó con felicidad y se lanzó a abrazarla. La contraria dio un quejido por su dolor corporal pero no le importó, lo único que le importaba era disfrutar el reencuentro con la joven princesa que tanto había extrañado. Ambas habían comenzado a llorar por la felicidad mientras se abrazaban con fuerza, aún si a Candance le dolía. Estuvieron unos minutos largos así, hasta que se calmaron y se miraron a los ojos con una sonrisa en el rostro.

- No sabes cuánto te he necesitado estos días, Candance... Todo es demasiado complicado. Estoy demasiado cansada... -

- Digo lo mismo... Fue tan difícil estar distanciada de todos y de todo, y este cambio tan repentino de humor no me está haciendo nada bien, pero... Por lo menos estoy aquí, contigo. -

- Oh, cierto, tu depresión... ¿No la encontraron?... -

- No... Yo sería la pony más feliz del mundo si la encontráramos. -

- Te entiendo. Da mucho miedo no saber dónde está y cómo está ese alguien que amas con todo tu corazón, y duele también. Perder a alguien... Qué situación más horrible. -

- Sí... Lo mismo con mis aliadas, ¿No? Celestia... Luna... Me aterra saber el estado en el que están. No me imagino tú... -

- Mhm... Estoy aterrada. -

- Sí... Yo también. -

Ambas quedaron en silencio luego de comprenderse mutuamente, mirándose a los ojos, analizando el cambio que las dos tuvieron. Candance notaba que el brillo de los ojos de Twilight ya casi era nulo, sus ojos lleno de ojeras y también de color rojo por la irritación de no haber dormido en días. Twilight notaba que Candance ya no tenía brillo, sus ojos habían perdido ese color violeta hermoso, los párpados los tenía hinchados y enrojecidos de tanto haber llorado, y sus ojos igual de irritados por eso mismo. Ambas estaban en su peor estado.
Su silencio fue interrumpido abruptamente por un soldado exaltado, con una expresión preocupada.

- ¡Princesas! ¡Lamento esta interrupción tan violenta! ¡Pero... Las princesas! ¡Luna y Celestia! ¡No están! -

Twilight sintió como su corazón frenaba de golpe y automáticamente subía de una hasta su garganta. Candance lo mismo, en ese mismo instante su corazón había empezado a acelerar su pulso, y las palabras habían abandonado su cuerpo.

- ... ¿Q-qué?... -

741 palabras

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Equestria Florece - Donde El Peligro ViveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora