Mi Cruel Realidad

Capítulo-1

 «CINCO MESES ATRÁS»

-Liana despierta-Pronuncia mi madre logrando interrumpir mi sueño-Es hora de levantarse.

«Si me preguntan que le hubiese contestado a cualquier otra persona que me hubiese dicho eso, pues simple, lo hubiese mandado a la mierda pero si lo hacía con mi madre no iba a llegar con los dientes intactos al desayuno»

-¡Ay mami!-Me quejo y cubro mi cara con la almohada.

-Liana sí lo vuelvo a decir será con mi tacón en tu cara-Afirma esta y sale de la habitación.

«Mejor no tentar a la suerte»

Me paro de una vez por todas, aunque entre quejidos, y me dirijo al baño para darme una ducha.Al salir de la regadera tomo una toalla y la envuelvo en mi cuerpo para no quedar desnuda ya que me siento algo rara, como si alguien me estuviese observando.

«Sí, estoy algo paranoica»

Luego me acerco a mi armario para tomar algo ropa y vestirme de una vez por todas.

Al terminar de arreglarme me miro en el espejo de cuerpo completo que tengo en mi habitación y me gusta lo que veo. Llevo un top negro con una licra levanta glúteos rosada, unos tenis deportivos y mi cabello recogido en una coleta.

Posteriormente entro a hurtadillas a la habitación de mi madre para tomar un bolso de mano en el que quepan mi celular, algo de dinero y mi identificación.

                          (⁠｡⁠♡⁠‿⁠♡⁠｡⁠)

-¿No vas a desayunar?-Pregunta mi madre algo preocupada.

-No mami, desayuno cuando vuelva-Le contesto siendo interrumpida por una notificación de mi celular.

       *Mensaje telefónico*

-Daniela : Apresúrate, ya estoy afuera.

-Adios mami-Digo y le lanzo un beso.

Ya estando afuera soy recibida por un caluroso abrazo de mi mejor amiga.

-Ya Daniela, no seas melosa-digo apartandola con mis brazos.

-¡Que pesada eres!-Responde con los brazos cruzados.

-Ya vamos que se nos hace tarde-Digo tomándola del brazo y haciéndola caminar.

Anduvimos alrededor de unas seis cuadras hasta llegar al gimnasio donde estuvimos un buen rato practicando nuestra rutina diaria.

De regreso a casa a había un tráfico de locos -algo normal en Madrid-y como muestra de ello la diversidad de autos que estaban estacionados en mi calle. De estos hubo uno que me llamó bastante la atención, tenía un cierto toque sospechoso y los cristales blindados de modo que no se podía ver hacia adentro.Era una camioneta negra de último modelo pero lo más raro era que estaba aparqueada frente a mi casa aunque en la acera de enfrente. En fin de cuentas 
decido no prestarle mucha atención al asunto e invito a Daniela a pasar hacia adentro. Esta accede.

-¡Ey Dani que bueno que viniste!-Dice mi madre eufórica.

-¿Cómo estás Gina?-Pregunta la morena.

-Todo bien-Responde mi madre-¿Cómo está Yuliana?

-Bien gracias a Dios.Dice Daniela con una amplia sonrisa.

-Gina quería preguntarte algo...-Dice mi amiga haciendo pucheros-¿Puede Liana quedarse en mi casa está noche para hacer una pillamada por la víspera de su cumpleaños?

-Daniela...-Exclama mi madre en señal de que algo no le cuadra.

-Porfa mami mañana es mi cumpleaños-Intercedo.

-Está bien pero te quiero aquí a las 9:00 am, ni un minuto más.¿Entiendes?-Dice mi madre derrotada.

-Sí mami-Grito y corro hacia mi mejor amiga para abrazarla.

-Eres un puto asco-Me dice  Daniela al oído.

-Pero aún así me amas-Le respondo.

En realidad todo este invento de la pijamada no era más que un plan orquestado por ambas para irnos de fiesta pero mi mamá no podía saberlo ya que solía ser demasiado sobreprotectora.

-Ya me voy-Anuncia Daniela.

-Nos vemos pronto-Dice mi madre.

-Hasta la noche-Agrego.

                           (⁠｡⁠♡⁠‿⁠♡⁠｡⁠)

Ya está apunto de oscurecer y me encuentro tumbada en un sillón de la sala jugando con el celular en lo que llega el taxi que pedí por teléfono.

-¡Liana ya llegó el taxi!-Grita mi madre.

-Ya voy-Contesto y me dirijo hacia la puerta.

-Divierte cariño y me llamas cuando llegues-Dice mi madre.

-Si mami-Contesto desde dentro del coche.

Volteo mi cabeza hacia el otro lado y me percato de que la camioneta que ví en la mañana continuaba estacionada allí pero cuando me decido a contárselo a mi madre, el chófer arranca el auto.