1.Fruta recargable

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(...)

El viernes de la semana pasada Teresa me pidió que la llevara a la frutería del señor Arturo, en la otra cuadra.

Yo, no quería llevarla porque no me gusta ir por la calle de la mano con una niña pequeña, aunque sea mi hermana, pero estuvo dale que dale con lo mismo, terminé diciéndole que sí.

—Vamos rapidito y después me dejas tranquilo, ¿de acuerdo?

Teresa movió varias veces la cabeza de arriba a abajo, mostrando cara de triunfo. Antes de salir, fue a la cocina y regresó con una bolsa de papel.

Cuando llegamos a la frutería, sacó una cáscara vacía de plátano de la bolsa de papel y le dijo al señor Arturo:

—¿Me la puede llenar otra vez?

Teresa |Libro 1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora