VeNtA dE gArAjE

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En el mercado negro de las cosas usadas
venderé los muebles viejos que aun conservan su calor,

la silla coja y desgastada
en la que solía tomar el té a media tarde,

esa taza aburrida sin asa,
esa taza sombría y amarga,
donde posaba sus apetecibles labios,

la lámpara ya sin brillo
de todas las páginas que dejó sin leer,

la mesa desarmada
que siempre dejaba desordenada
con todo lo que salía de su bolso
al momento de salir,

los libros amontonados
con páginas manchadas por sus manos,
—esas benditas manos que manchaban tan bien—
y todos aquellos aun sellados
que huérfanos están esperando por su abrir.

La televisión antigua,
en la que no podía cambiar de canal,

el reloj que siempre la dejaba atrasada,
y la obligaba a correr apurada,

el jarrón roto y quebrado
por las flores que ya no le regalé,

el mantel manchado
con el vino de alguna celebración
que ahora tanta falta imborrable hace.

La cocina desierta
en la que tantas veces estropeamos almuerzos,
no quiero esos platos, ni esas cucharas,
ojalá con ellos desaparezcan
todas las conversaciones que acompañaban.

Si logro venderlo todo,
cuando esté todo despejado,
contaré con el espacio necesario
para dejarte albergar a ti,
en los lugares donde siempre estuvo ella.

SINSENTIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora