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꒰ ✧ Berrinche ✧ ꒱

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꒰ ✧ Berrinche ✧ ꒱

Hyunjin tomaba de la manito de su bebé mientras ambos caminaban tranquilamente por el centro comercial. Decidieron ir para entretenerse un rato y tal vez comprar algo.

Todo iba tan pero tan bien hasta que pasaron enfrente de una tienda de juguetes, Hwang tenía planeado pasar de largo pero a Lix le brillaron los ojitos al ver desde afuera
una cocinita de juguete que le encantó.

¡Él quería esa cocinita para él!

Y estaba seguro de que su papi se la iba a comprar, siempre le compraba todo lo que él quería.

—¡Papi! —Jaló su mano para evitar que siguiera caminando, Hyunjin dejó de ver su celular y volteó atento. —¡Papi, cocinita! —Sonrió apuntando el juguete desde el vidrio transparente, Hyunjin la vió y asintió comenzando a caminar de nuevo.

El rubiecito frunció el ceño —¡Papi! ¡no!~ —Hizo un pucherito deteniendo su caminata de nuevo.

—¿Amor, qué pasa? —Alejó la vista de su celular ya que estaba contestando unos mensajes importantes y volteó a ver a su niño, este apuntó la tienda con su boquita abultada y ojos de corderito.

—¿Qué, mi vida? —Sonrió con ternura.

—¡Papi, cocinita para mí! —Puchereó. El mayor la volteó a ver y quitó su sonrisa poco a poco, enarcando una ceja.

—¿Quieres que te la compre? —Felix asintió orgulloso de que su papi entendiera, este con su ceño fruncido negó.

—No, cariño, ya tienes una igual en casa, no es necesaria otra—Siguió negando mientras lo jalaba de la mano, Felix sintió sus ojitos aguarse, bueno, aquello era verdad, ¡pero él quería esa cocinita!

Además, ¡era rosa!

Y la que él ya tenía, era de color verde, por lo que no le gustaba mucho. Aparte esta cocinita tenía más funciones y era mucho más bonita.

—¡Yo quero, papi! —Comenzó a hacer berrinche, el azabache negó y lo jaló de la mano, fácilmente podía sacar su cartera y tender su tarjeta para que su niño comprara lo que deseara pero no lo malcriaría comprándole algo que ya tenía, se estaba volviendo muy mimado.

Hace unos días había hecho una rabieta solo porque no le permitió desayunar en su cuarto, así que sí, se estaba malcriando mucho.

Desde que pasó lo de su trabajo, trataba de consentirlo más de lo normal y al parecer el bebé aprovechaba eso para siempre conseguir lo que quería.

¿Pero qué podía hacer? Le era casi imposible negarle algo a su rubiecito.

—Dije no, Lix. —Advirtió frunciendo el ceño, el menor sollozó queriendo soltarse de su mano y correr a la tienda.

—¡Papi, quero cocinita!

—No seas un berrinchudo, Lee, una cocina más es completamente inecesaria y aparte ya tienes una, si quieres otro juguete, adelante, pídemelo, pero no te compraré algo que ya tienes en casa solo por una berrinche. Ahora, vámonos. —Suspiró queriendo salir de aquella área, en un principio fueron para comprarle más ropita al menor así que lo mejor sería ir de una vez por ella y regresar a casa.

¡Papi! [ Hyunlix ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora