Lo que me cuenta El Jardín ~

2

Anteriormente...

Tenía unos ojos grandes, llenos de ilusión, un rostro finamente marcado, con rizos casi perfectos, en la soledad, lo observó y admiró por lo que pareció una eternidad

Rápidamente, se escuchó un crujir de la escultura, pequeños y delgados trozos de barro caían ligeramente a los pies de Samael y entonces, el hombre, perdió el equilibrio y cayó ligeramente hacia los brazos de este mismo, Tenía vida

-E-E-E-Espera, tú... - Pasaron unos segundos, y aún no respiraba

-T-Tengo que... - lo tomo en brazos, sujetando sus hombros y sus piernas y voló hacia el lago, remojó su cuerpo hasta que tocará el pecho y entonces...

Despertó

__________________________________________________

El Hombre, respiro, una bocanada de aire, aún sin nombre, estaba desorientado, su vista era borrosa, pero logro tomar la mano de Samael, el Hombre, aún no sabía hablar como tal.

Samael se asusto, y con sus manos temblorosas tomo la cabeza del Hombre, y lo ayudo a sentarlo, entonces, poco a poco el hombre empezó a ver, y a tocar todo lo de su alrededor, al mismo tiempo, no se veía miedo alguno en su mirada al tocar el agua que le llegaba a la cintura, en cambio había paz en sus ojos, como si su mirada hablara por el.

Entonces, el hombre enfocó su mirada en los ojos de Samael, Samael jamás había conocido a otro ser que no fueran sus hermanos angeles, y siempre le dijeron que era muy lindo, pero la reacción del Hombre, hizo que desde lo más profundo de su ser algo temblará.

La mirada del hombre, cambió de una llena de paz y curiosidad a una completamente imprecionada, llena de admiración y en un movimiento, tomo el rostro de Samael con ambas manos, los ojos del hombre solo pudieron explorar todo el ser de Samael en un segundo, su rostro enrojeció a pesar del color similar al barro al igual que toda su piel, y en un movimiento, acerco su rostro hacia el rostro de Samael, estaban tan cercas que sus respiraciones chocaban, los ojos del Hombre, admiraban los ojos de Samael, inundado de algo embriagante, perdido dentro de ellos  y entonces...

-A-A-A-Aver, da-dame un respiro, también me gustan tus ojos- sonrió.

Tomo con delicadeza las manos del Hombre, y con cuidado se levantó junto al hombre, y se quedaron de pie, a pesar de ya no estar tan juntos, aún podía respirar se en el aire la necesidad del hombre de seguir a lado del angel, pero se escuchó una voz

Samael, hijo mío, veo que te has llevado bien con Adán

-Adán?, ese es su nombre?... Adán... Por qué ese nombre papá?

Pronto lo sabrás, pero antes, tengo una encomienda para ti, instruyelo, enséñale a hablar, no necesita más

-Papá, te pido una disculpa, pero aún no termino la encomienda anterior, si quieres que sea yo quien lo haga permíteme terminar lo anterior

Una risa de voz varonil se escuchó retumbar en los cielos
Llena de gentileza y al mismo tiempo aterradora