se cometen errores

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Ya estaba tan cansada que casi me habia quedado dormida por el lento y ritmico tiron de la grua que arrastraba de camino a casa.

Entre al edificio alto y frio despues de separarme de los hombres que me ayudaron a llegar. Estacionaron mi auto enfrente y me dejaron entar sola. No habia nadie en el escritorio, debian estar atras. Llame al timbre esperando recibir la llave de la habitacion.

"¿disculpe?" Llame cortesmente. No queria parecer demasiado ignorante o grosera, pero simplemente queria relajarme un poco. Toque el timbre una vez mas y me encontres una fuerte disculpa desde la trastienda.

"¡disculpe!" Una voz masculina familiar llamo. Probablemente fue el gerente con quien hable portelefono antes.

Escuche bolsas blandas mientras se arrastraba por la trastienda y la puerta se abrio con un chirrido. Un hombre alto y de cabello oscuro salio, con una sonrisa plasmada en su rostro cansado. 

"¿Puedo ayudarle?" pregunto, con una ceja ligeramente levantada.

"soy Angelina. ¿Estoy qui por la llave de mi habitacion?" sonrei mientras miraba su rostro. Mis cejas se fruncieron mientras lo miraba. Tenia cicatrices en el cuello y su fisico no coincidia en absoluto con su voz amable y energica.

Sus ojos eran de un extraño color azul y se notaban su ojeras marrones cuando me miraba. 

El asintio, rompiendo el contacto visual conmigo. "Ah, aqui mismo." Lo saco de su bolsillo. Se acerco al mostrador y las debiles tablas del suelo crujieron bajo sus ligeros pies.

Dejo la pequeña pieza de plata sobre el mostrador y, con el movimiento de su antebrazo, se subio ligeramente la mana. Una gran cicatriz era visible en su mano, pero apenas podia distinguirla bajo la tenue luz. Parecia una T, pero con dos lineas. No sabia como explicarlo. Retiro su mano lentamente tome la llave mientras lo miraba, mi pulso se acelero de repente.

"Gracias." Murmure, mirandolo a traves e mis pestañas. 

"Por supuesto. Descanse bien-" Hizo una pausa, bajando ligeramente la voz. "Y ten cuidado".

Sus palabras despertaron mi interes, levantado la cabeza y cejas.

"¿Que?" pregunte, con preocupacion en mi voz.

"Solo se cuidadosa." Me repitio comenzo a caer de nuevo en la habitacion de donde vino. 

"Espera..." Suspire, viendo como la puerta hacia clic detras de el. 

Senti la llave en mi mano mientras permanecia en el lugar, pensando en lo que dijo. Pensando en lo extraño que parecia... solo trate de ignorarlo. Mi mano  se puso blanca alrededor de la plataforma rodante mientras me diririgia hacia el ascensor. 

Cuando entre en la habitacion, todavia inquieta, fui recibida por un olor refrescante y habia una pequeña canasta de regalo en un pequeño sofa. Tuvo una buena primera impresion, fue realmente agradable. Tenia un baño y una pequeña y ordenada cocina con algunos taburetes rechonchos (aunque no invitaria a nadie) y una amplia isla de marmol que separaba la sala de estar y la estufa. La sala de estar era pequeña pero ya estaba amueblada con muebles suaves y lujosos. Fue agradable. Cerre la puerta y apoye la plataforma rodante contra la pared. Cruce la habitacion y me sente en el cojin y gemi.

"Mierda." Dije, un gruñido en voz baja.

Todavia tenia  que cargar gasolina y senti que dormiria mucho mejor si supiera que mi auto tenia combustible. Me sente y agarre mi bolso. Saque mi maleta del suelo y la estrelle contra la isla con fuerza. La abri y agarre un sueter que habia puesto encima. Me lo puse y me frote los ojos. Mire hacia la puerta y sali. 

Satan ReincarnateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora