Capitulo 8

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Pov Mew

Trate de tranquilizarme cuando los ví entrar pero mirar cada una de las acciones de ese chico con Gina simplemente encendió algo en mi interior que terminó de explotar con ese maldito beso, muchas emociones embargaron mi interior y simplemente estalle.
Mild intento detenerme sin embargo no le hice caso y terminé golpeando a ese chico. Una vez que mis emociones disminuyeron las lágrimas comenzaron a caer dejando un sabor agridulce en mi garganta.

-Mew ¿te encuentras bien?

-Quiero ir a mi departamento

Susurré débilmente, Mild no dijo nada lo que agradecía internamente. El camino a mi departamento fue en completo silencio, tenía ganas de gritar hasta quedarme afónico y de alguna manera matar el dolor que atacaba mi corazón.

-Te sientes mejor- hablo preocupado cuando llegamos a la puerta de mi departamento- Sabes que no necesitas ser fuerte a mi lado

-La amo y al mismo tiempo siento que la odio, ya no lo se Mild

-Estas confundido, es mejor que descanses un rato

Apenas la puerta de mi departamento estuvo abierta me deje vencer en el sillón de la sala suspirando agotado pero mi cansancio no era físico sino emocional.

-Sera mejor que te deje solo, necesitas descansar y Mew...

Parecía dudoso pero finalmente se sentó a mi lado

-Necesitas olvidarla, ella se va a casar y tú necesitas rehacer tu vida, no me gusta verte de esa forma.

Habló firme, sonaba sencillo pero era demasiado difícil. No es como si de un día a otro estos sentimientos desaparecieran.

-Mild yo...

-Solo inténtalo, se que llevará tiempo pero ya no guardes alguna esperanza de que volverán a estar juntos además...

Se levantó decidido a mi cocina sacando todas las latas de cerveza de mi nevera antes de volver a la sala.

-No necesitas esto. Mañana es nuestra graduación y no quiero que llegues con resaca.

-Eres un buen amigo Mild

Susurré con una sonrisa haciendo que el también sonría.

-Tu también lo eres Mew

Tomo todas las latas y se despidió de mi antes de salir del departamento, encendí el televisor tratando de distraer mi mente por un instante. Mis sentimientos eran un caos, sentía que una tormenta había estallado en mi mente dejando varios escombros que necesitaba limpiar. Mild tenía razón, lo mío con Gina no tenía futuro y nunca lo tendría. Los momentos que pasamos juntos bombardearon mi mente y ahora se sentía solo como una ilusión, una burbuja que estalló regresandonos a la realidad. Ella siempre obedecera a sus padres y yo no podía quedarme como un simple amante, recibiendo sobras de su amor.

El timbre sonó llamando mi atención. Limpie bien mi rostro sin dejar rastro de lágrimas, abrí la puerta y el shock duró unos segundos al ver a mi papá detrás de la puerta, hace dos meses salió de viaje a Suiza por negocios de la empresa.

-Papá, ¿Qué haces aquí?

Susurré recibiendo un jalón de orejas, la sonrisa que tenía se esfumó mostrando molestia en su rostro.

-Suppasit, no te atrevas a manchar nuestro apellido revolcándote con la hija de los Kantachi

Gruño molesto sin soltar mi oreja y el pánico me invadió al instante.

-No se de que hablas papá

-No sabes, te peleaste con el hijo de los Traipipattanapong en media calle, creíste que no me iba a enterar.

Finalmente soltó mi oreja soltando un suspiro cansado. Se dejó vencer en el sillón apoyando su cabeza en el respaldo cerrando sus ojos. Yo me mantuve de pie a su lado con el miedo tocando cada fibra de mi piel.

-No se que escuchaste pero...

-Sabes que la prensa anda muy interesada en el compromiso de esos chicos, tengo conocidos ahí, tienes idea de todos los rumores que estaban planeando sacar que por suerte me enteré a tiempo para detenerlos.

Mi corazón se relajo un poco y el miedo abando mi cuerpo. Pase mi mano por mis cabellos nervioso sin poder pensar en una excusa para la pelea. No somos conocidos y nunca lo he visto en mi universidad ni en las reuniones a las que asiste mi papá.

-¿Tienes alguna relación con esa chica?

Hablo cortante mirándome desafiante, negué con la cabeza y su expresión se suavizó un poco.

-Eso me deja más tranquilo, pero no has respondido mis dudas. ¿Porqué pelaste con el hijo de los Traipipattanapong?

Desvíe mi mirada al piso escuchando su respiración pesada, una pequeña idea se encendió en mi mente y solo esperaba que mi papá me creyera.

-Él tiro toda su bebida encima de Mild y no se atrevió ni siquiera a disculparse

Respondí sin titubear, su expresión no cambió pero finalmente asintió no muy convencido.

-No te metas en problemas por cosas tan pequeñas, Suppasit. La violencia no siempre soluciona las cosas.

Murmuró desganado. Su risa se escuchó en todo el departamento dejandome confundido.

-Sabes ¿cuál era el otro rumor que tenían los de la prensa? - hablo entre risas- Según ellos, tú y él chico tenían una relación a escondidas

Su risa no paro y no entendía cómo la prensa podía pensar tremenda idiotez.

-¡¡Eso no es verdad !!

Su mano se envolvió alrededor de mi nuca antes de susurrar cerca de mi oído con voz fría y amenazante.

-Prefiero mil veces que seas gay o a qué estés con esa chica, lo has entendido.

Trague saliva sonoramente y su sonrisa volvió antes de volver a sentarse en el sillón. Parecía más relajado y animado que antes.

-Los Traipipattanapong nos invitaron a la fiesta de compromiso de su hijo, necesito que asistas y no pienso escuchar ninguna protesta.

-Si papá

Su sonrisa se ensacho y saco un pequeño sobre de su bolsillo, parecía bastante emocionado mientras lo abría y por un segundo me congelé.

-Tambien me invitaron a su boda, será la primera vez que asista a una boda que no sea la mía. Vere a alguien ponerse la soga al cuello de forma voluntaria

Sus ojos brillaban sin despegar sus ojos de la invitación en su mano. Según la fecha sería dentro de una semana.

-Fue buena decisión ser socio de la empresa de los Traipipattanapong. Mis negocios están subiendo como espuma y ellos me caen bien.

Soltó feliz guardando la invitación de nuevo en el bolsillo de su saco.

-Tengo negocios que tratar, no te vuelvas a meter en problemas Suppasit. Nos vemos mañana y no olvides la fiesta de compromiso, es este fin de semana.

-No lo olvidaré papá

Sin más que decir salió de mi departamento. Mire a alguna parte de la sala perdiendome en mis pensamientos. Mi celular vibró por la llegada de un mensaje, papá se había encargado de mandarme un traje para mi graduación y para la fiesta de compromiso, llegarían mañana a primera hora. El destino tenía sus formas crueles de mostrarme la realidad. Ahora tendría que presenciar la boda de Gina con ese maldito imbécil.

De rivales a espososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora