Ya no estas en Kansas dorothy

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<<< Capitulo 7 >>

TARINEA

Había pasado todo un día hasta que lo vi relajarse por fin en la cama, ahora dormía placidamente como si no tuviera ningún tipo de preocupación, la unión lo había agotado física y mentalmente. Y a mi me había calcinado viva, casi podía oír los gritos de Bárbara a lo lejos... “No saldría con vida de esta, tendría suerte si me dejaba explicar al menos”

Me acerque el cigarro a los labios y pude sentir como al aspirar el humo y soltarlo, todas mis preocupaciones se fueran con el, sabia que solo era una reacción física por la excitación a mi sistema nervioso que provocaba una falsa perspectiva de relajación… unido a que ya yo inconcientemente me digo que fumar me relaja...

“Pero que bella es la ignorancia en estos momentos.”

Llevaba casi dos días encerrada en mi cuarto y no podía mas, necesitaba salir, pero no me sentía muy segura de dejar a Alex aquí después de haberlo vinculado a mi, el mundo humano iba a un ritmo temporal mucho mas lento, aunque habia pasado dos días, hay solo habrá pasado unas escasas dos horas... Así que Bárbara aun no estaría acostada.

Apague el cigarro en el alfeizar para luego hacerlo desaparecer y me aproxime a la cama donde él aun dormía, aun no había dormido y sentía el cuerpo agotado después de tantos sobre esfuerzos con todo lo ocurrido, y aunque la sangre de Red me ayudaba a recuperar mi fuerza...

Me puse de rodilla sobre la gran cama con dosel y me fije por primera vez de verdad en aquel extraño chico con el que había convivido unas pocas semanas, quien iba a decir que Bárbara se querría casar con un cazador y enzima que vivía en una comuna, ya que por fin comprendía las grandes verjas y la casi inexistencia de niños y jóvenes...

Los cazadores tenían la mala costumbres de criar a sus hijos en instituciones desde muy pequeños para que así estos se acostumbraran a sobrevivir sin un padre.. Por si este no sobrevive en una misión mandada por la corte.

Me acosté en la cama con la espalda apoyada en el cabezal... Solo quería vivir una vida en paz conmigo misma.

¡Pero eso jamás ocurriría!

BARBARA

La fiesta estaba en su mayor apogeo, pero aun no había visto ni a Alex ni a Tarinea, esta ultima no me preocupaba mucho estaba mas que acostumbrada a sus continuas desapariciones en las fiestas, sabia que las odiaba a muerte, pero Alex no solía hacerlo y Richard me explico que lo normal en el es convertirse en el anfitrión de manera insólita y repentina.

Me deslice através de la sala buscando algún indicio de algunos de los dos y rezando para que nada malo ocurriese, la inquietud no me abandonaba y eso no quería decir nada bueno, aunque supiese que Tarinea ya era prácticamente humana y Alex no fuese mas que un iniciado en la comuna.

Llegue hasta Richard, que hablaba con unos miembros de la corte y lo aparte con la mayor delicadeza que podía tener una madre cuando sus dos niños habían desaparecido y sabia que algo no andaba bien… ¡O sea ninguna!

-¿Dónde esta Alex?- Quizás no era la persona mas delicada y correcta cuando estaba nerviosa, pero sabia que lo entendería, aunque para la mayoría solo llevábamos un año de conocidos, en realidad sabia que llevábamos toda una vida, el sabia mis secretos y yo los suyos, el había derribado todas y cada unas de mis murallas al igual que yo las suyas, y aunque muchas veces peleábamos e incluso llegábamos a sacarnos los ojos, nos necesitábamos mas de lo que admitíamos como persona.

-No te preocupes estará con sus amigos, mi reina- Se agacho dándome un casto beso en los labios para volver a conversación.

“Hombres jamás cambiaran en eso”

¡déjame vivir!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora