El frío de la madrugada congeló su rostro apenas bajó del taxi y en ese momento se arrepintió de no haber cogido una chaqueta más gruesa o una bufanda tal vez, pero ya era muy tarde, estaba frente a su edificio y casi podía sentir la suavidad de sus sábanas arropandolo. Pagó la tarifa del taxi y despidió con una mano a los dos únicos pasajeros que quedaban dentro, agradecido por no ser 'el amigo que cuida' esa noche.
"Buena suerte Mark" susurró al viento mientras veía como el auto daba la vuelta perdiéndose en las calles vacías. Una nueva brisa helada le obligó a esconder sus manos en los bolsillos de su pantalón y correr hacia el calor de la recepción del edificio. Dentro el portero y el administrador tenían una amena discusión sobre el último partido de fútbol europeo y casi pasaron por alto su débil saludo.
Jeno corrió hacia el ascensor y maldijo cuando vio el cartel que indicaba 'fuera de servicio temporalmente'.
"Se averió hace unas horas" escuchó decir a uno de los hombres detrás suyo "mañana por la tarde estará como nuevo".
Jeno agradeció y cambio de rumbo hacia las escaleras refunfuñando por los cinco pisos que tendría que subir después de una noche en la que Aeri lo obligó a bailar hasta que sus pies luchaban por respirar, argumentando que una vez comenzara a moverse y beber, llamaría la atención de algún chico lindo para pasar la noche. Jeno no esperaba salir con alguien esa noche, ni siquiera tenía planeado ir de fiesta cuando le comentó a su amiga que quería distraerse, así que declinó amablemente las más indecorosas propuestas de chicos y chicas, la cual fue una misión bastante agotadora.
No era sorpresa para él ser el blanco de miradas de todo tipo en esos lugares, tenía más que claro que era atractivo gracias a las constantes réplicas de su mejor amigo, Mark Lee, por llevarse la atención de las personas que le interesaban. A Jeno no le importaba, de todas maneras no estaba interesado en ningún Alfa, Omega o Beta, era lo que podia denominarse como "asexual", o simplemente un tipo romántico hasta el tuétano que no tenía interés en nadie más que su futura pareja destinada a la cuál ni siquiera estaba seguro de poder conocer en toda su vida, como lo llamaría Mark.
Y le daba la razón.
Jeno creció escuchando el típico cuento de las almas gemelas y parejas destinadas, y secretamente le encantaba la idea de que existiera alguien perfecto para uno, alguien con quien compartir el resto de su vida, caminar todos los días por la plaza hasta llegar a su pequeño y acogedor hogar donde los esperaría una linda manada de perritos adoptados, alguien con quien compartir la cama hasta envejecer juntos y tomados de la mano. Asquerosamente cursi, pero era lo que deseaba.
Además que su lado más animal también deseaba lo mismo, por lo que se le hacía muy fácil evitar aromas que para otros resultarían embriagantes, pero en el no surtian efecto.
Estaba en tanta sincronía con su lobo interior que sabría reconocer el momento anhelado cuando llegaran los temblores en sus piernas, los latidos desenfrenados, las ansias de correr, abrazar y perfumar a alguien porque su aroma le resultará el perfume más divino jamás creado en la historia del universo.Tal y como sucedía en ese preciso momento.
Sus pupilas se dilataron y sus piernas aceleraron hacia el origen del agradable aroma a fresas con miel y un poco de leche que llegaba hasta él, desviando su camino hacia la derecha, dio la vuelta y se encontró con el escenario más lamentable que aquel descubrimiento pudo darle.
Apoyado en la puerta del cuarto de mantenimiento se encontraba la desastrosa figura de un chico en posición fetal, su llanto resonaba en las paredes tapizadas, suspiros y gemidos de lamento interrumpían el silencio de la madrugada. Bueno ya no sabía si era un buen momento para acercarse y tocar el tema de "oye, somos destinados, ¿quieres salir conmigo?". De hecho no era un buen momento, para nada.
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Cuddle with me (Nomin)
FanfictionLas primeras impresiones lo son todo y Jeno no lograba entender cómo es que el bonito omega pelirosa creó un futuro a su lado aún cuando arruinó su primer encuentro. ©Todos los derechos reservados