¿Y si?

Capítulo 6

De nuevo. No hay mucho sobre Harriet aquí, así que lo siento... Responda a la encuesta sobre con quién le gustaría ver a Harriet emparejada, como siempre, solo tomaré esto en consideración, ya que tengo una dirección vaga en el momento en que la historia se dirige y, aunque hay cierto margen de maniobra, no quiero desviarme demasiado.

Descargo de responsabilidad: no soy dueño ni de Harry Potter ni de Crepúsculo y escribo para divertirme.

Capítulo 6:

Había pasado mucho tiempo desde que Marcus entró correctamente en el mundo mágico, alrededor de un siglo. Sin embargo, ahora estaba junto a la entrada del Foro Mágico, la plaza de Roma que había sido el centro de la comunidad mágica de la península italiana desde la época romana. Rodeada por los fragmentos dispersos de las ruinas de la Roma muggle, la entrada a la Roma mágica se podía encontrar justo en el Foro Romano. Para Marcus, esta visita fue un gran cambio, no había dejado el castillo en Volterra durante un siglo y antes de eso solo había salido para visitas ocasionales al mundo mágico y aún más raro, para impartir justicia al aquelarre ocasional. Sin embargo, no estaba solo, ya que sus hermanos no lo dejarían irse sin dos guardias, por lo que Félix se quedó de un lado y Chelsea del otro. A diferencia de muchas otras veces, los tres no estaban cubiertos por gruesas capas, en cambio, vestían túnicas de gala que no eran obvias entre los turistas muggles que los rodeaban. Un simple amuleto en sus colgantes Volturi les permitió un día sin tener que preocuparse por su problema de piel brillante.

Marcus fue sacado de sus pensamientos por una voz que lo llamó por su nombre, sacudiéndose de su aturdimiento, se volvió y vio a Sanguini y dos de sus guardias acercándose.

"Buenos días, Sanguini, ¿cómo estás?"

"Muy bien, Marcus. Me temo que debemos darnos prisa si queremos llegar a Gringots antes del ajetreo de la mañana. Probablemente sea mejor que atraigamos la menor atención posible".

"Un buen plan, podemos hablar más tarde".

Dicho esto, tanto los vampiros como sus guardias se acercaron a la fuente que estaba en el centro de la plaza. Sin siquiera detenerse, los seis entraron directamente y desaparecieron por debajo de la línea de flotación. Resurgieron en una fuente aún más grande, decorada con los antiguos dioses romanos, en medio de una gran plaza con columnas, la Piazza Magicae. Incluso para su ojo vampírico, muy poco había cambiado en el transcurso de un siglo, esta era una de las razones por las que a Marcus le gustaba tanto el mundo mágico como el mundo muggle que siempre se hacía más rápido y ruidoso a medida que avanzaba la tecnología. Al menos los avances tecnológicos del mundo mágico eran lentos y generalmente se limitaban a aumentos en la velocidad de sus escobas.

Saliendo secos de la fuente, el pequeño grupo caminó rápidamente por una de las amplias calles pavimentadas. Al final, en un enorme edificio clásico que se parecía al Partenón, estaba Gringots. Casi todos los países dependían de los duendes para las finanzas y esto era lo que les daba su fuerza, tenían control y sucursales en tantas áreas del mundo y por lo que parece, la gente mágica, en particular Gran Bretaña, no pudo ver esto y reconocer el poder que tenía la pequeña raza guerrera. Deslizándose por el pórtico del edificio, Marcus asintió a los guardias en la entrada, antes de entrar al enorme salón de la Sucursal de Gringots en Roma.

Mirando a su alrededor en busca de un cajero gratuito, el grupo se acercó a una cabina en el otro extremo y cerraron sus manos sobre sus corazones antes de inclinarse levemente en reconocimiento al duende. Al ver esto, el duende levantó una ceja y luego dos mientras identificaba a algunos de los miembros del grupo. Sin decir una palabra, la pequeña criatura saltó de su taburete e inclinó la cabeza para que el grupo de vampiros lo siguiera por uno de los pasillos en la parte trasera del atrio.