Seguía tratando de comprender ese sueño, nada tenía sentido, ¿Quién era el? ¿qué hacía en mi sueño? -Me preguntaba a mi misma mientras seguía embarrada en mi cama, como si yo fuera la mermelada y mi cama fuera el pan recién horneado-
Escuche a mi nana Katty gritarme que ya había llegado Mercurio, ėl era mi mejor amigo desde hace 8 años una de las pocas personas que me había soportado demasiado tiempo, siempre patinábamos juntos los domingos por la tarde, aunque nunca teníamos suerte, ya que siempre llovía, a pesar de la temporada que fuera el clima nos odiaba, me aconsejaba sobre la vida <Era mayor que yo por 1 año pero me aconsejaba como si fuera mi abuelo> Era más alto que yo, media aproximadamente 1.75, era muy esbelto, sus ojos café oscuro, un cabello muy alborotado y una peculiar y tonta sonrisa.
Siempre lo considere como mi hermano mayor, y él a mi como su pequeña hermana menor a quien cuidar.-Levántate te están esperando -Volvió a gritar Katty-
Katty era una señora mayor, la cual me había cuidado desde pequeña, era muy amable, muy cariñosa, aunque aveces se le olvidaban alguna cosas, pero nada del otro mundo, me encantaban sus desayunos de los sábados, los preparaba con amor como mi abuela que en paz descanse los hacia, Katty también había trabajado para ella, en los últimos días de mi abuela, ella estuvo cuidándola y tratando de que estuviera bien, pero nada de eso ayudo, mi abuela falleció en su sofá favorito por un paro respiratorio mientras comía por una sonda, recuerdo que me dolía verla así, había días en los que ni siquiera me reconocía, otros en los que se comportaba como una niña pequeña de 5 años, berrinchuda y terca, todo era por su edad y esa estupida enfermedad que tenía.
No tenía disposición de levantarme, ir a tomar un baño, después entrar en un delirio de que ropa usar, y finalmente ponerme pantalón tenis y playera (como siempre).
¡La rutina de todos los días! -Dije mientras daba un suspiro y me levantaba de mi cama.-
Camine hacia mi sala para saludar a Mercurio, él llevaba puesto una bermuda de estampado militar, una camiseta negra sin ningún estampado y unos converse negros viejos y yo aún estaba en mi cómoda pijama de dinosaurios de colores plasmados en una tela térmica azul, y una sudadera gris.
-Que ruda te ves! -Dijo Mercurio en tono de burla-
Lo mire con cara de desprecio, y después sonreí.Me avente al sillón donde el estaba sentado y recosté mi cabeza sobre su regazo.
Vi el control remoto en la mesa de centro, una rara mesa color negro con vidrios, casi no me gustaba, me daba miedo romperla, tome el control remoto de la mesa y encendí el televisor.
Comenzó a darme sueño otra vez cada vez que me acostaba en esos sillones me daba sueño... siempre!
¡Oh dios, que cómodos eran!.Decidí levantarme y empezar con la boba rutina de todos los días antes de quedarme dormida de nuevo, camine hacia mi cuarto, mi gato llamado 'M' (si, 'M' como la letra) caminaba conmigo mientras ronroneaba en mis tobillos, era una lindo gato color blanco, pequeña nariz, largos bigotes y patitas negras algo así como sus pequeñas botas integradas, al principio mi madre no quería que la conserváramos, por que según mi doctor soy alérgica a su pelaje pero no me ocasionaba nada en lo absoluto, pero al final mi madre lo termino aceptando por que gracias a el no había más ratones ni cucarachas en mi casa.