Liróforo

Liróforo 1

Prólogo

No doy fé que mis palabras sean del agrado de mis comensales; no busco la aceptación ni la crítica, a menos que sean mi propios eruditos los que escarmienten mi dulce badajear palpado con mi yemas sobre la hoja.
Siendo así, comparto mis escritos a usted buen oyente o buen lector.

Agradecimientos

Cuervos malévolos que me siguen y resarcen sus acciones con su éter brebado de recuerdos ya olvidados, que abusan en menesteres de mi inconciencia al mismo tiempo ayudan por otro me pudren, como los cigarros en el día, como los tragos en la noche acompañados de más cigarros.
La locura de mis ideas e iridicencias de las mismas, el grafito aquel maldito que me ayuda a dirigir mis escritos empíricos, majestuosos en veces, la catedral vetusta de mis desgracias, a ellos hablo; mis demonios anodinos que alimentan mis pasajes ahogados en murria interminable, gracias, gracias les doy sin ustedes no sabría a donde escribir.

...................................................................................

Liróforo

L'poete

Sentimiento negro, nubló de mis ideas, niebla eterna en la incandescencia de mi cordura, pura la pulpa de sangre que escupo e uso de tinta, para plasmar alma y no solo letras, soy nulo de mi propia belleza pero jamás de mi conciencia.

Cigarros y tragos

Es apostar al perdedor teniendo fé.
Amar a una puta pensando que cambiará.
O tomar un café en una mañana donde el vapor sale de la boca, pensando si seguir o renunciar.
Fumar ese cigarro para calmar, tomar para escribir, sentirme maldito aunque maldito el mundo ya esté, aún asi el vomito después de beber, con el mal aliento del humo más puro, y el beso putrido del alma destruida renace con una estrofa y un clavel suelta sus espinas, y abraza la vida.
¿Pero por que abraza la vida alguien muerto en ella? Simple, esta maldito, pero maldito de ganar de vivir, aunque no sepa que quiere o donde está parado.

Epitafio inconcluso

Necropolis extenso; fúnebre de viento resarcido, altozano de promesas.
Suplico a las valquirias, desfallecido el cuerpo; lleven el alma, al alba que alaba la inquietud de mi calma, y mis anelos sean realidad ante el último trago maldito de deslealtad a aquello que tanto super amar.

El prado

Mirando: la madrugada no estrelleda por nubes que sofocaban terrible mente ahogan las lúgubres manzanas.

Cristales empañados,
Basura diapersada,
Un prado mediano;
Media la cuartada para encontrar nos... por ultima vez.

Es! Por esperarte para mi mala suerte llegaste con una mirada gelida, no tanto como tus manos aunque surcas a lo angelical.

Y aunque la verdad; no se si decirte que lo siento, suplicarte o soltarte de una vez aunque cuesta no miento.

Guardemos este secreto,
En apatia dulce de la soledad en plano terrenal
Sin hacer presente a lo moral, tal; que enterremos la idea de ser inmortal, ya que todos pensamos que la muerte jamas nos va a tocar, hasta que simplemente por capricho toca y ya no hay marcha atras.