Conquistando Hoenn

CH 31: Salva a Hoenn

El cielo de todo Hoenn estaba actuando extraño indicando un mal augurio, en un hemisferio de la región un sol intenso y abrasador estaba azotando la vegetación, pokemon y humanos corrían de los bosques por los repentinos incendios forestales, fuentes de agua dulce empezaron a evaporarse, la tierra se agrietaba y temblaba, el causante de todo esto daba un paso firme a una dirección en específico... ciudad Arrecípolis donde su rival también se estaba dirigiendo, el lo podía sentir en los poros de su piel que ahora son tan caliente como el núcleo de la misma tierra

*STOMP*

Tras una pisada y un gruñido la tierra tembló y se alzó dándole nuevo espacio para abrirse camino por los dominios de su nemesis, un sendero en línea recta hecho de tierra y roca que hace poco no era más que magma se solidificó en mar abierto, la agua salada se evaporaba por cada tramo nuevo de tierra que surgía.

En el otro hemisferio de la región una tormenta como ninguna otra la azotaba sin misericordia, una lluvia torrencial tan poderosa que no mostraba ninguna señal de cesar, esta no solo aumentó el nivel del mar, las fuentes de agua dulce también empezaron a desbordarse y vientos huracanados como truenos acompañaban el inminente desastre, en los muelles los marineros más experimentados con esta clase de climas no habían visto tormenta similar hasta ahora, era como el fin del mundo...

Los ciudadanos de ciudad Arrecípolis se transportaron a zonas más altas por el incremento en el nivel del mar y varios entrenadores estaban reunidos en varias líneas cerca de la nueva costa de la ciudad viendo la increíble ola que iba a inundar por completo a la región si no hacían algo al respecto, cada valiente entrenador que se presentó a ciudad Arrecípolis tras el pedido de ayuda en el noticiero estaban acompañados con un pokemon tipo agua o uno de tipo hielo, tres de nuestras heroínas apenas estaban arribando a la ciudad y lo primero que notaron con sus ojos llenos de preocupación era lo mala que era la situación, los más jóvenes estaban abrazando a sus padres en busca de confort, lo más viejos estaban de rodillas rezando por un milagro y entre esa multitud un hombre se hizo paso listo para dirigir a los entrenadores que acudieron a su llamado

Lisia: "¡Chicas ese es el maestro Juan!"

Lisia señaló al maestro de su tío y May le indicó a Latias descender donde estaba aquel hombre y actual líder de gimnasio de Ciudad Arrecípolis, Dawn le pidió lo mismo a Latios que siguió a su hermana en su descenso, las chicas se bajaron de los pokemon Eon y corrieron tras el líder de gimnasio en busca de información

May: "¿¡Señor Juan qué está pasando!?"

Juan sonrió al ver que seguían llegando refuerzos, entrenadores llegaban desde las espaldas y lomos de distintos tipos de pokemon, Pelipper, Swellow, Metang, tú nómbralo y mientras pudiera volar un entrenador estaba subido en uno arribando a Ciudad Arrecípolis, pero de las caras conocidas que reconoció de inmediato jamás esperó ver a estas chicas montando sobre unos pokemon tan raros

Juan: "May, Lisia es bueno ver que lograron llegar a tiempo"

Juan vio la obvia preocupación de las jóvenes y al parecer había una nueva cara acompañando a sus jóvenes conocidas, pero el viejo maestro de concursos no vio al joven azabache con ellas, las presentaciones con la joven de cabellos azules podría esperar y preguntar sobre Ash también, ahora era momento de organizar todos estos entrenadores y parar el tsunami que se avecinaba

Juan: "la situación no es muy buena, síganme"

Juan le indicó a todos los entrenadores a seguirlo lo más cerca de la nueva costa de ciudad Arrecípolis, algunas de las casas que estaban en la zonas más bajas de la isla ya estaban sumergidas con el nuevo nivel del mar

Juan: "Nos enfrentamos a un problema muy serio"

En la distancia un ser de considerable tamaño, dientes afilados y cuerpo luminiscente parecía tener control sobre la ola que se avecinaba