Prólogo

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Pov Kazuma

Era extraño..... aterrador..... Nauseabundo y repugnante. Totalmente inhumano. Jamás creí que algo como ésto pasaría. Nunca, en toda mi vida, ni por un momento pensé que me encantaría en una situación así...

...

Sin embargo... heme aquí.

...

...

...

.....Ya no sé qué hacer...

...

...

Al principio todo parecía tan..... sencillo.

Morí... y reencarné en un mundo paralelo con cultura medieval y donde existe la magia. Un mundo de fantasía, como en los libros y videojuegos. Era simplemente increíble; prácticamente me convertiría en el protagonista de una historia Isekai, dónde se supone, tendría grandes aventuras y viajes, batallas épicas, fortuna, fama, compañeros asombrosos, y lo más importante, popularidad con las chicas.

Pero para mí desgracia, nada de eso fue así. Es más, ni siquiera tuve una muerte respetable por lo menos. ¡Morí del susto, por un maldito tractor! Por Dios, ¿¡qué clase de muerte tan patética es esa!?

Y por idiota, en vez de escoger tener un poder trampa o una arma cheated al reencarnar, terminé por escoger llevarme a la estúpida diosa que se burlaba de mi muerte; con la tonta creencia de con ella a mi lado, mi nueva vida sería mucho más fácil.
Gran error.

El resto seguramente ya lo saben. No hice más que llevarme decepción tras decepción. Mis compañeras fueron un fiasco, resulté ser tan débil que terminé siendo tachado como un inútil. Rumores creados por gente sin oficio mancharon mi reputación antes de siquiera tener una. Me metí en un montón de deudas por culpa de la incompetencia de mis colegas. E incluso morí de nuevo.

Lo peor, es que aunque gracias mí, la ciudad en la que residía se salvó en dos ocasiones, a la gente le valió tres pepinos y no intentaron defenderme o ayudarme en momentos graves.

Era completamente absurdo.

...

...

Era ridículo...

...

...Y aún así...

...

...

...

.....Aún así.... extraño aquellos días...

Porque quedaron atrás.

...Ya nunca volverán.

Kazuma: *snff* *hhh* ~M-mierda...~ ~Mierda mierda mierda mierda~ *snff* Igh~

Lloraba amargamente mientras veía la carnicería a mi alrededor. Breves momentos, los cuerpos regados habían sido honorables caballeros cuya labor era proteger a los inocentes y asegurar la paz.

Ahora lo único que queda de ellos son sus cadáveres masacrados tras sus armaduras dañadas. Algunos mutilados o decapitados, otros perforados en puntos vitales, e inclusive algunos tenían sus extremidades en posiciones extrañas. Y el color carmesí de las paredes y el suelo sólo empeoraba la imagen frente a mí. Era un escenario horrible... Aunque yo no estaba en mejor condición.

Estaba devastado física y mentalmente. Golpes y cortes algo profundos esparcidos por mi cuerpo. Tenía una o dos costillas rotas, mi brazo derecho fracturado, y el tobillo dislocado. Las pocas reservas de maná que aún conservaba eran lo único que me mantenía conciente.

Konosuba!: ManhuntDonde viven las historias. Descúbrelo ahora