A veces los pequeños momentos son los que verdaderamente nos hacen felices. Si alguien piensa que la felicidad es algo que se pueda conseguir, siento decirle que está equivocado. Vivimos buscando encontrar la felicidad cuando realmente lo bonito de la vida es saber afrontar los problemas que nos ocurren, y cuando realmente se disfruta es cuando uno mismo sabe que lo ha dado todo por todos. Hay niños que creen que son felices, pero cuando en algún momento de su vida les ocurre algo horroroso o traumático se dan cuenta de que realmente no eran felices, solamente no tenían una visión real de las cosas. Un día un niño risueño y aparentemente feliz sufrió algo que nunca había experimentado, algo en su cabeza había cambiado para siempre. No paró de darle vueltas a lo ocurrido y siguió sufriendo de estas apariciones neurológicas. Ese niño tenía un problema de adulto que él no podía solucionar. Su vulnerabilidad hizo que sufriera por dentro como una rosa al pudrirse. Estaba podrido por dentro, no veía luz en el túnel. Pasó un año desde la primera aparición y parecía volver a ser feliz, pero tuvo recaídas, él intentaba levantarse pero no podía hacerlo solo. Pasaban los años y aquel niño pillo y risueño se había convertido en un hombre solitario, triste y confundido. Un día el niño decidió tomar la peor decisión posible, aislarse socialmente, no ir al colegio. Durante dos semanas se escapaba de casa y fingía ir al colegio cuando realmente estaba sufriendo por las calles, esperando a que llegara la hora de vuelta. Cuando parecía todo acabar de una manera trágica, aquel niño encontró por fin la luz en el túnel. Tras días y días de ayuda con especialistas este niño comenzaba a recuperarse. Sin embargo, todo lo que sufrió tuvo sus consecuencias, las aficiones que él tenía ya no le gustaban, había perdido mucho tiempo con sus amigos y se sentía culpable por toda la ayuda que la gente le había dado. Hoy en día ya es un hombre, pero dentro tiene a aquel niño que no consiguió ser feliz, al niño que no tuvo el valor de pedir ayuda y al niño que siempre se arrepentirá de no ser como es. Ahora él intenta que toda la gente de su alrededor pueda tener esos pequeños momentos que realmente son el significado de la felicidad. Él tiene la esperanza de que algún día esté en paz consigo mismo y que pueda solamente a ser quién es, un niño que desea volar hacia el horizonte sin mirar hacia atrás.
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El vuelo del alma
Short StoryEn esta historia hablo sobre la felicidad ,los desafíos de la vida y el crecimiento personal.