El cuarto día amaneció con una sensación agridulce. Xiao Zhan y Wang Yibo eran conscientes de que su viaje juntos estaba llegando a su fin, y aunque ninguno quería admitirlo, la idea de separarse les pesaba en el corazón. Pagaron su estancia y retomaron la carretera, envueltos en un silencio que pronto se rompió con conversaciones más profundas.
Xiao Zhan, por primera vez, se abrió completamente sobre sus inseguridades. Habló de cómo se comparaba con los demás y de cómo parecía que todo el mundo le recordaba que estaba gordo, de cómo creía que nadie podría quererlo con su cuerpo. Wang Yibo escuchó con una atención que Xiao Zhan nunca había experimentado, ofreciéndole consuelo y comprensión.
Wang Yibo también compartió sus propios miedos, revelando que el temor de no volver a ver a su familia era abrumador. Confesó que nunca había tenido una relación estable, consciente de que la vida de un mochilero significaba rara vez estar en casa, lo que a menudo dejaba a la otra persona sintiéndose sola.
En ese intercambio de vulnerabilidades, se forjó un vínculo aún más fuerte entre ellos. A medida que el camión avanzaba, llevaba consigo no solo dos cuerpos, sino dos almas que habían encontrado consuelo y comprensión mutua en un mundo que a menudo se mostraba indiferente a sus luchas internas.
......
La noche había caído sobre el pueblo, y con ella, la promesa de una última cena juntos. Xiao Zhan y Wang Yibo caminaron por las calles animadas, pasando junto a pubs y bares que rebosaban de vida y risas. Finalmente, eligieron un restaurante cerca del centro del pueblo, un lugar que les ofrecía vistas de una calle vibrante, iluminada y llena de gente.
Sentados en una mesa con una vista privilegiada, compartieron una cena tranquila, pero sus corazones estaban lejos de estar en paz. A pesar de la comida deliciosa y el bullicio alegre a su alrededor, una sombra de tristeza se cernía sobre ellos. Era su última cena juntos, y aunque ninguno quería hablar de despedidas, el sentimiento era palpable entre ellos.
Con cada bocado, con cada sonrisa, con cada palabra intercambiada, había un subtexto de gratitud por el tiempo compartido y un deseo silencioso de que no terminara. Pero como todas las cosas buenas, su viaje juntos estaba llegando a su fin, y aunque no sabían qué les depararía el futuro, sabían que esta experiencia quedaría grabada en sus memorias para siempre.
Después de la cena, Zhan y Yibo se dirigieron en busca de un hotel donde pasar la noche. En el camino, un comentario de un borracho sobre ser una "bonita pareja" les sacó un sonrojo involuntario, aunque la oscuridad de la noche ocultó sus mejillas encendidas.
Al llegar al único hotel del pueblo, se encontraron con que no había habitaciones disponibles; todas estaban ocupadas. La única opción que les quedaba era volver al camión, su fiel compañero de viaje. Allí, en la intimidad del espacio confinado, se acomodaron juntos en la pequeña y estrecha cama detrás de los asientos.
En la estrechez de la cama del camión, Xiao Zhan se encontraba completamente sonrojado. La noche había tejido su silencio alrededor de ellos, y en ese espacio íntimo, Wang Yibo, aparentemente dormido, lo había abrazado, atrayendo a Xiao Zhan contra su pecho. Xiao Zhan podía sentir cómo sus corazones latían al unísono, un ritmo compartido que parecía hablar de una conexión más profunda que las palabras.
En ese momento, Xiao Zhan deseó que el tiempo se detuviera, que ese abrazo y la cercanía de sus corazones no fueran solo un paréntesis en su viaje, sino un capítulo que no tuviera fin. La calidez de Wang Yibo era un refugio, y la proximidad era un consuelo que Xiao Zhan no sabía que necesitaba hasta ese instante.
Y aunque todo sugería que Wang Yibo estaba perdido en el mundo de los sueños, una parte de Xiao Zhan, quizás la que se aferraba a la esperanza, sugería que Wang Yibo no estaba realmente dormido. Tal vez, solo tal vez, Wang Yibo también estaba consciente de la cercanía, compartiendo el deseo silencioso de que la noche no terminara, de que el amanecer no trajera consigo la despedida que ambos querían evitar.
Mientras el mundo exterior seguía su curso, Xiao Zhan y Wang Yibo encontraron un momento de paz en su pequeño rincón, bajo el manto de estrellas que se asomaba por la ventana del camión.
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Caminos Cruzados
FanfictionLa historia sigue a Xiao Zhan, un camionero de 25 años, amable pero inseguro con su cuerpo y tímido, quien durante un descuido al volante casi atropella a Wang Yibo, un mochilero de 22 años, aventurero y dramático. Este encuentro fortuito en un pequ...