7. Apuesta

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Capítulo 7




Todo ha ido de lo más bien en estos días. Me encuentro con Lewis dos o tres veces a la semana.

¡Hasta hemos pactado que cada vez que nos veamos él me lleve una manzana!

Y todo porque le dije que me encantaban.

¿Se puede ser más lindo?

Mi bembis sexis supera mis expectativas. El collar que me regaló hace unas semanas se ha vuelto algo muy preciado para mí. Nunca me lo quito. Para cada lugar que voy, ahí va él conmigo.

Ahora en estos momentos estoy saliendo de la escuela. Lewis pasará por mí para llevarme a tomar helado.

¡Lewiiis ,mi amorrr, ven que te estoy esperando!

- ¿tu bembis sexis viene a buscarte?- me pregunta Meylin a mi lado

- si. Va a llevarme a por un helado- le respondo muy feliz. Pero de pronto noto cierto detalle- ¿Por qué todavía estás aquí? Ya pasó la hora de ida.

- Solo estoy protegiendo tu alma inocente de los buitres. Si Lewis se sobrepasa contigo alguna vez lo...- me dice muy dramáticamente

- Meylin- le digo parando su sesión de drama-  te conozco. ¿Pasa algo de lo que yo me deba enterar?

Ella inmediatamente empieza a jugar con los dos anillos de sus dedos.

Buuuu. Te atrapé

Eso solo lo hace cuando está nerviosa.

- ¿Meylin?- la vuelvo a presionar. Ella suelta todo el aire que al parecer tenía retenido en sus pulmones.

- okey señora- me dice volteando los ojos- ¿Conoces a Gustavo?

- ¿el cantaletoso de la clase de Geografía?- le pregunto

-Yes.- admite- Me dijo que lo esperara que debía hablar algo conmigo.

- ¡al fin se dignó a hablar!- le digo. En todas las clases se la pasa mirándola y sus intenciones eran más que obvias. Todos se habían dado cuenta, menos Meylin claro, ella es un caso aparte.-¿ y que le vas a decir?

- obviamente q no. Él no me gusta- dice rápidamente sin pensarlo.

- a ti nunca te gusta nadie- le digo frunciendo los labios.

- touché- me dice para luego caminar hacia un Gustavo que camina hacia ella. Él la saluda y ella pone su sonrisita incómoda. Pobre chico.

Noto que una de las manos de él se pone sobre su antebrazo y ella mira ese lugar con cara rara.

Y justo luego me distraigo porque delante de mi está el chico por el que estaba esperando.

O más bien, está justo delante de mí el carro donde está el chico que estaba esperando.

Diferencias señores. Diferencias.



- ¿ha venido el rey a buscar a su dueña?- dice una versión de mí muy sonriente y risueña mientras me siento a su lado.

- ¿Qué sería del rey sin su Reina, mi Reina?- me dice riendo

- pobre...

- Holis - dice interrumpiendonos una voz desde la ventana.

-hola vecina - le saluda Lewis cordialmente

- hola vecino- le dice ella- Oye Lewis, dejando a un lado el hecho de que somos vecinos, debo decirte algo como buena amiga de Melody que soy.

- si claro dime- le responde Lewis confundido mientras me hecha un vistazo

- si le haces daño a Melo te voy a tirar dos palos por la cabeza. No te librarás de mi furia.- le suelta una seria Meylin repentinamente provocando que yo la mire con los ojos sobresalidos y que Lewis ría ante las ocurrencias de esta chica.


Por dios, esta amiga mía es un caso.




- está bien, vecina.- le responde divertido a lo que ella se ríe.- Yo la voy a cuidar muy bien.

- y espero y se casen pronto. - dice haciendo que mis ojos se vuelvan a sobresalir. A este paso los ojos se me van a embotinar para afuera- ya sabes. Así puedo tener panes gratis.

- loca- le digo riéndome.- ¿Y don cantaletas?

- se volvió loco y lo mandé para masorra- me dice cuadrando los hombros

- ¡le dijiste que no, mala!- le digo riéndome a lo que ella me saca la lengua

- ¡vallan para su cita, tortolitos!- me dice para luego irse.


Y eso hicimos... Nos fuimos para nuestra cita.






(...)

Los helados de fresa son los mejores que se han podido inventar. Mientras la máquina expendedora me recibe con un buen helado observo a Lewis tomar su raro helado de lavanda. El color morado no me pasa desapercibido.

- no sé cómo te puede gustar eso- le digo sinceramente

- es lo mejor que probarlas en tu vida- me dice- bueno, lo segundo mejor porque lo primero seré yo.

Me guiña un ojo.

- Lewis Rodríguez, yo sé que te mueres por mí- le digo arrogantemente mientras le doy una probada a mi helado.

- y tu por mí, Melody Hernández - me dice y se inclina hacia mí hasta llegar a mis labios. El sabor a lavanda invade mis pupilas gustativas. Su mano se posa en mi mejilla e intensifica el beso. Sus labios invaden los míos para llevarme a los cielos.

¡Joder! Este chico besa de maravilla.



- no olvides que me quieres- le recuerdo.

- y yo a ti te gusto- me recuerda él

- y tu me quieres- le digo mientras alzo mi barbilla provocadoramente- fuiste el primero en decir Te quiero

-y tú serás la primera en decir te amo- me dice con desición en la mirada.

- serás tú, mi rey- le digo retandolo

- vas a ser tú, mi reina.- me dice retándome de igual forma.

- ¿apostamos?- le propongo

- claro- me dice muy convencido- pero el que lo diga primero va a tener que gritarlo.

- ¿Gritarlo?- le pregunto confundida

- delante de muchas personas.- dice mientras asiente con su cabeza decididamente- vas a tener que gritarle al mundo cuanto amas a este chico.

- ¡lo harás tú! Ya verás- le respondo. No me gusta perder.

- pues la apuesta ya está hecha.

- y yo la voy a ganar querido bembis sexis- vuelvo a retarlo con la mirada.

- eso ya lo veremos, mi reina.

Bueno, ¿Qué mejor que una apuesta para un par de apostadores?



¡Qué gane el mejor!



Esperanza de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora