Único

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La vida.


La vida puede ser tan frágil y corta que no llegamos a valorarla como es.


Conducía su auto con una gran velocidad, aunque no queria llegar a su destino, debia estar ahi. Deseaba con todo su corazón no tener que pasar por eso pero asi de cruel era el destino, en especial con él.


Frenó su vehículo en frente de aquel edificio al que se le habia hecho costumbre tener que acudir siempre desde que tenia memoria. Abrio la puerta del conductor y guardo las llaves en el bolsillo de su chaqueta mientras se adentraba al lugar con pasos acelerados, sentia que cada pisada que daba en ese suelo brilloso era más dolorosa que la anterior, de verdad no queria estar ahi pero no podia hacer nada para evitarlo.


Su pecho era apretado debido al sentimiento que se le hacia presente. No lograba comprender de como habiendo personas que les gustaba usar la maldad como satisfacción propia, justo a él le tocaba sufrir esa enfermedad. Su novio habia sido diagnosticado con Leucemia que era el cáncer de la sangre hace más de un año y estaba luchando contra ella atraves de la quimioterapia que recibia, desde el primer dia que se enteró de lo que padecia su chico, hizo todo lo posible por estar a su lado haciendole saber que no estaba soló. Pero hoy se despertó con la noticia de que su pareja ya no queria seguirle batallando a su padecimiento y en parte lo entendía, ya que no le gustaba ver como sufria por culpa de eso.


Mentiría si dijera que no quisiera entregar su vida con tal de que Taro este bien pero eso no era posible y aunque no queria perderlo, sabia que no podia extender su agonía, era simplemente egoísta.


 Después de tomar el ascensor llego al piso donde estaba su enamorado y pudo visibilizar al mejor amigo de su chico sentado en una de las bancas que habia fuera de las habitaciones. Este estaba con su cabeza gacha y con la mirada perdida cargada de tristeza profunda.


Tenia conocimientos de los sentimientos que tenia el castaño hacia el pelinegro pero nunca interfirió en su relación y la respetó como tal. Paso delante de él poniéndose frente a la puerta. 


Dio un suspiró para calmarse y la abrió. En aquel espació estaba un bello jovén de piel pálida debido a su enfermedad conectado a varias maquinas y con una mascarilla de oxígeno. Odiaba verlo asi, agonizando por culpa de aquello que lo estaba consumiendo poco a poco, esto era una tortura que lo dañaba por dentro.


―Amor, llegaste...―Poso sus hermosos ojos en el recién llegado.


―Hola, cariño―Llego a su lado y deposito un besó en su frente.


―Supongo que ya lo sabés...―Hablo con mascarilla puesta.


― Si y por eso vine lo más rapido que pude―Le confirmo.


―Escuchame, Pierre. Me queda poco tiempo en esta tierra y no quiero irme sin antes pedirte una ultima cosa...―Agarro su mano.


―Dime, lo que sea lo hare―Sonó angustiado.


―¿Recuerdas que nuestro sueño era viajar por el mundo?

El ultimó deseó de mi amado [Pierre x Misaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora