L'ILLA FOURNIER

La huida

Salieron de la cueva corriendo como si no hubiera un mañana, los mafiosos escucharon al helicóptero llegar a la isla, pero ellos estaban bastante lejos, pero aun así intentaron llegar. Cuando los mafiosos llegaron, solo vieron al helicóptero marcharse, así que no tenían más opciones que disparar e intentar derrumbarlos. Alguna bala llegó a darle al helicóptero, pero no pasó nada. Al final, Max y Eustaquio pudieron salir vivos de esa isla.

Estuvieron bastante tiempo volando, hasta que, por fin, pudieron ver a kilómetros la ciudad. Pasaron casas, pisos, y más casa, más pisos, hasta llegar a la azotea del Señor Pedro. Allí dejaron el helicóptero, y se fueron al despacho del Señor Pedro para enseñarle lo que traían. Se sentaron en las sillas delante del Señor Pedro, cogieron la mochila y sacaron los 3 fragmentos de diamante y los pusieron en la mesa, el Señor Pedro los cogió los 3 fragmentos y los fusiono, para hacer el diamante entero. Ese diamante, no tenía ningún poder en especial, pero sí que tenía un precio muy alto, que nadie en el mundo lo podía comprar.

-Estoy muy contento Max,- dijo el Señor Pedro, con una sonrisa en la cara, y admirando el diamante, con esos 3 colores tan bonitos, y brillantes.

-Muchas gracias, la verdad es que me ha costado mucho, pero no me habías dicho que había una mafia que también iba a por los diamantes.- Asimiló Max, contento pero a la vez triste.

- Bueno, pues hasta aquí todo, toma tu recompensa.- Dijo el Señor Pedro. Max miró el maletín, que es donde el dinero como recompensa, eran veinte mil dólares. Max, Eustaquio y el Señor Pedro se despidieron. Max salió del piso, y se fue. Esto, no sería el final, ya que le quedan muchas más misiones por cumplir.