53.

459 81 19
                                    

—Está bien si tienes miedo —aclaro.

Llevamos alrededor de diez minutos sentados en silencio viendo hacia su casa.

No es que sea normal tener miedo de ir a tu casa donde se supone estás a salvo. Está bien que tenga miedo de ir a ese lugar, que en mi mente lo llamaré manicomio.

—Tengo que ir —dice, mirando por la ventana—. Es diferente a «querer».

—Sí, puedo comprender.

Me quito el cinturón de seguridad y me giro un poco a verlo, el sonido de mis movimientos hace que volteé, así que le sonrío un poco para tranquilizarlo.

—¿Esto pasa desde que eres pequeño? —pregunto.

—Desde que recuerdo y desde que mamá me contó, sí —hace una mueca.

—¿Puedo preguntarte algo más sin que te molestes? —pregunto algo tímido. Sé que es lo que Jiwoong quiere que le pregunte, y también tengo duda, pero también miedo.

—S-Supongo —intenta mirarme a los ojos pero yo los desvío hasta la orilla de mi camisa.

—¿Por... Por qué usas ropa de mujer? ¿Qué te gusta de eso? O-o... No sé, s-sólo quiero saber, ¿tu padre te obliga? —al momento de que hago la última pregunta sé que lo he arruinado.

Zhang Hao sonríe con molestia y niega. Abre la puerta pero antes de que saque un pie yo la cierro, luego regreso a mi lugar y le pongo seguro a todas las puertas con un botón.

—No, no, no. Perdón, Zhang Hao, y-yo no... —agito mi cabeza—. No quise decir eso.

—Lo hiciste —dice.

—Sí, ya sé. Y perdón, es que... S-Sólo quiero entender.

Zhang Hao ahora sonríe molesto y mira negando hacia el suelo.

—No sé porque hago toda esta escena, no es la primera vez que me lo preguntan. Y sé que no será la última —aprieta sus puños.

—Perdón, en serio.

Ambos soltamos un suspiro y yo dejo caer mi cabeza en el respaldo.

—Tengo que irme —lo miro y veo que está viendo algo en específico en la calle.

Miro en su dirección y veo al mismo hombre que vi hace un rato caminar hacia la casa. Camina tambaleando, trae otra botella en la mano, pero no su auto.

Observo nuevamente a Zhang Hao y veo que está temblando, su respiración se agita, su pecho sube y baja con más fuerza y tiene la tela del siento entre sus dedos, apretándola con angustia.

—C-Cuando regresa... Siempre es así —habla y observa como el tipo se acerca más a la casa

—Zhang Hao, Zhang Hao... ¡Zhang Hao mírame! —exclamo cuando veo que aprieta con más fuerza la tela.

Él me mira y parece que se calma, su postura cambia y su cuerpo se relaja. Agita un poco la cabeza y pasa sus dedos entre su cabello, sonríe falsamente, intenta calmarme a mí. Pero no lo logra, sólo me desespera más.

—Basta —murmuro y tomo sus brazos para que me mire—. Deja de pensar en los problemas. No es tu culpa.

—¡Perdón si no puedo! —exclama.

—¡Pues piensa en algo más! —le grito de vuelta y él me mira asustado.

—¡Me odio! —confiesa y golpea su cabeza con sus manos.

Me inclino hacia él, quitando sus manos en un brusco movimiento y lo beso con tranquilidad pero al mismo tiempo con desesperación.

Pongo mi mano en su nuca y acaricio su cabello, con mi otro mano acaricio su mejilla. Muevo los labios contra los suyos y aparte de la lluvia, lo único que se escucha es el chasquido de nuestros labios juntándose y separándose.

—Piensa en esto hasta mañana —hablo cuando nos separamos, dejando muestras frentes juntas nuevamente—. Ignora que estás ahí, s-sólo... Resiste un poco más, confía y sigue sintiendo eso —sabe a lo que me refiero—. No hay problema con sentirlo, está bien —aclaro y lo miro a los ojos.

Pone sus manos sobre las mías y asiente con la cabeza.

—Gracias, Hanbin —agradece después de unos segundos y sonríe un poco, una sonrisa honesta.

Suelto su cabeza de poco en poco y dejo que se baje del auto justo cuando su padre está entrando al patio de la casa.

Déjame ayudart... —escucho la voz opaca de Zhang Hao a lo lejos.

Intenta ayudar a su papá para abrir la puerta.

¡Quítate, malnacido! ¿Qué hacías afuera a estas horas, eh! —toma a Zhang Hao de la nuca y lo obliga a entrar a la casa cuando alguien logra abrir la puerta.

No bajo y no hago nada porque sé que empeoraría las cosas, tengo que esperar a que Jiwoong y Matthew lleguen. Son nuestro apoyo.

Si él puede resistir, también puedo hacerlo yo.

gym ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora