Sanzu miro atravez de la ventana el panorama de una ciudad iluminada por las luces nocturnas. El centro de Tokio esta en su mero apogeo y él solo lo puede contemplar desde la altura de su habitación.
Ser el segundo a mando de una de las organizaciones más peligrosas de Japón le a traído innumerables enemigos qué lo buscan doblegar o eliminar para poder acercarse a Mikey. Son conscientes qué mientras él este vivo y siendo el perro leal del líder de Boten no podrán hacer nada.
Sanzu suspira de nueva cuenta. A perdida la cuenta de cuantas veces lo a hecho en lo que va de la noche. Hay una inquietud qué lo azota y su Omega se encuentra revoloteado. No sabe que es, pero el mal presentimiento lo está impacientando.
Se muerde la uña del dedo pulgar con ansias y gruñe cuando la puerta de su habitación es tocada.
—Sanzu, necesito entregarte algo.— la voz de Kokonoi se escucha amortiguada.
El Omega abre la puerta y le hace espacio para que entre. El pelinegro parece ansioso por la forma en la que mira alrededor de la estancia como si buscará a alguien. Kokonoi se vuelve hacía él una vez escucha la puerta es otra vez cerrada.
—¿Qué carajos quieres?.— pregunta. Tosco, pero el Alfa no se inmuta ante sus palabras. Acostumbrado a su mal vocabulario.
—Te llego esta carta hoy en la mañana.— Kokonoi saca de su traje un sobre blanco y se lo entrega.— Debes leerlo ahora.
Sanzu lo toma entre sus manos temblorosas. Los nervios lo están invadiendo y la apariencia asustada y nerviosa de Kokonoi no lo tranquiliza en absoluto. Jadea cuando lo primero que ve son los pétalos marchitos de una rosa y Sanzu se encuentra a si mismo conteniendo la respiración.
No, no, no puede ser.
Tiene que ser una broma. Un juego sin chiste.
Él no debe saber donde está.
—Mierda.— el siseo de Kokonoi le hace saber que no esta alucinando.
Mira al Alfa quien luce igual o peor que él y este asiente con la cabeza, alentando a que continúe con la carta. Saca el papel cuidadosamente doblado y lo abre. La marca de apareamiento le arde. Su Omega se retuerce como si él ya supiera lo que Sanzu apenas esta asimilando. Hay un tirón en su nuca y Sanzu siente la necesidad de rascarse, enterrarse las uñas hasta que deje de sentirla. Conoce esta letra, más de lo que debería.
Unas cuantas palabras garabateadas hacen qué el mundo de Sanzu se detenga de forma abruta. La tira al suelo como si de pronto el papel le quemara la piel de los dedos, la mira con miedo. Respira entrecortado y se da la vuelta, quedando otra vez frente a la gran ciudad.
No se suponía que él sepa en donde se encuentra Sanzu. Hace muchos años que el Omega no a sabido nada del Alfa, no desde aquella pelea en donde varios murieron y el Alfa resultó gravemente herido. Sanzu había querido meterse cuando lo vio en el suelo agonizando ante los golpes qué Mikey le propinaba con furia, más que nada alentado por su Omega iracundo ante la vista de su Alfa siendo masacrado, pero Kokonoi lo detuvo. Impidiendo qué se acercara, temiendo qué Mikey no lo reconociera y también lo golpeara.
Lo último que supo fue que había escapado del hospital tiempo después y nadie sabía a donde se había metido. Sanzu lo busco los primeros meses. Desolado ante la impotencia de no haberlo podido defender. Temeroso de que su Alfa pensara que no lo había elegido, qué prefirió irse con otro hombre que no era él, pero por más que busco no lo encontró.
Sanzu sabía que aun se encuentra con vida gracias a la marca rosada y vigorosa de su nuca. No lo entendía porque después de tantos años el Alfa había decidido aparecer de nuevo.
Mikey...
—Él volvió, Koko.— dijo. Se entremecio ante la ventisca fría de la noche.— Sabe donde estamos.
Escuchó el gruñido del Alfa pelinegro y sus pasos hiendo y viniendo como un perro enjaulado.
—¿Por qué después de tanto tiempo?.— Kokonoi cuestionó, confundido.— Han pasado años, ¿Por qué ahora?
Sanzu volvió a morder la uña del dedo pulgar. Antes de responder.
—Quiere vengarse de Mikey, quiere castigarme por no haberlo elegido.
—¡Carajo! ¿Sabes cuantos morirán y todo lo que perderemos?— vocifero el Alfa con enfado.— Mikey se pondrá como loco una vez sepa que a vuelto.
El Omega sollozo bajito. No queriendo que él otro lo escuchara. Todo esto le provocaba una mezcla de sentimientos. Todos estos años pensado que nunca más lo vería, que moriría sin poder estar otra vez entre los brazos ajenos. Y ahora este volvía como un huracán, revolviendo todo a su paso, a él.
Esta entre la espada y la pared. No quiere dejar solo a Mikey, no ahora que es más inestable qué nunca, pero su Alfa... quiere tanto verlo, abrazarlo, besarlo. Golpearlo por dejarlo sin importarle como se sentiría, quiere reclamarle por no llevarlo con él.
—¡Con una mierda, Kokonoi! . Lo sé...— dijo, tomando del cuello de la ropa al alfa y lo sacudió. Ya sin importarle qué el otro lo viera echo un desastre de lágrimas y sollozos.— Estamos hablando de mi Alfa, al qué no he visto en años. ¿Crees que no me estoy volviendo loco de la ganas por salir de aquí y correr hasta él?
Kokonoi no se movió, dejando que el Omega se desahogara.
—¿Por qué me hace esto, Koko?.— Sanzu lo miro suplicante por una respuesta ante la maraña de dudas y preguntas que lo embarga.— ¿Por qué me hace elegir?
Kokonoi suspiro y abrazo al Omega quien no se negó al tacto ajeno. Demasiado necesitado de estabilidad, de un ancla qué le impida salir de ese edificio y buscar a su Alfa aunque no sepa en donde esta.
—Hanagaki siempre ha sido un bastardo.— dijo Kokonoi con fastidio.— pero eso tu ya lo sabes.
Si, Sanzu siempre lo ha sabido. Lo conocía demasiado bien. Él podía ver atravez de Takemichi y su fachada de alguien débil. Un Alfa calculador qué no le importaba manipular a quien sea para cumplir con sus objetivos.
Sanzu siempre lo supo, pero es algo que lo tiene sin cuidado. Takemichi le hace sentir cosas que ni la drogas han logrado y él lo ama tanto que siente que no puede respirar.
—Tienes que prepararte, porque Hanagaki vendrá por ti.— Koko lo soltó.— Y esta vez no podrás elegir con quien quedarte.
Mi pequeña fleur.
Te encontré.
H.T.
Takemichi le regalaba rosas secas a Sanzu en su cortejo, es por eso que rápido lo reconoció.
ESTÁS LEYENDO
Je t'ai trouvé ;; takesan
FanfictionDespués de muchos años, Takemichi a vuelto a recuperar lo que es suyo. ©HISTORIA ORIGINAL.