Capítulo 4.-

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   Nuevamente íbamos en el auto. Esta vez Min conducía, Jungkook era el copiloto y a mi lado Jimin.
   Vaya manera de pasear por la ciudad! Secuestrada y sin un futuro seguro. Al menos ya podía respirar tranquila porque solo sería la sirvienta de estas extrañas y misteriosas criaturas con las que viviría.
   Pasamos por una cafetería que se me hacía familiar, y luego por un parque que hace mucho no visitaba, me hizo recordar la primera vez que pisé Corea, ¡vaya experiencia!

- 10 años antes –

   A mis 24 años decidí cambiar de aire, dejar mi hogar, madre, hermana y amigos e irme muy muy lejos.
   Quise venir a Corea del Sur a buscar mi propio camino.
   Tenía una amiga que vivía aquí hace años, así que me quedaría con ella por un tiempo mientras yo ganaba dinero en mi nuevo trabajo y encontraba un lugar propio.

   Me preparé dos años antes, estudié coreano e inglés, así que no me fue tan difícil pedir indicaciones apenas llegué al aeropuerto.

   El problema estaba en que mi cabeza de pollo no recordaba en dónde dejé anotada la dirección del departamento y mi amiga no contestaba el celular. Seguramente estaba muy ocupada en su trabajo. No tuve otra opción que dejarle un mensaje con la esperanza de que lo leyera antes del mediodía.

   Estaba en el centro de la ciudad con mi maleta, así que decidí ir al parque frente a mí y relajarme mientras esperaba noticias de la susodicha.

   Oía música cuando un hombre se me acercó a hablar.

-X: ¿y tú por qué tan sola? ¿Quieres compañía? Eres muy linda. Me gustan las chicas como tú, extranjeras, ¿de dónde eres?

   Sentí miedo, el tipo, que apestaba a alcohol, no tenía ningún respeto por mi espacio personal, se acercaba con la intención de tocar demás.

-TN: ¿Qué está haciendo?, déjeme tranquila.

   Lo empujé, agarré mi maleta y me fui de ahí. Pero el muy degenerado me siguió.

-X: ¡oye tú! ¡Ven acá! ¿A las chicas como tú les encantan los coreanos verdad? ¡Para eso vienen aquí! a acostarse con nosotros! ¡No te vayas! ¡Yo te ayudo!

   Caminé lo más rápido que pude, hasta salir del parque, él no se cansaba de seguirme y gritar ordinarieces.

-X: ¡ven acá perra mal agradecida! ¡Te estoy hablando! ¿No tienes ningún respeto por tus mayores? ¿Me provocas y luego te vas?

   Justo en la esquina vi a un chico, no sé qué edad tendrá, pero era más alto que yo, y que el asqueroso que me estaba siguiendo, eso sería suficiente, me acerqué a él.

-TN: por favor ayúdame, me está siguiendo y no me deja tranquila.

   Debe haberme visto muy angustiada porque reaccionó de inmediato.

-NN: ¡cariño! ¡Aquí estas! ¿Qué pasa? - abrazándome – ¿estás bien?

-TN: amor, ese hombre... me ha estado insultando desde hace rato. Me siguió hasta aquí

-NN: ¿eso es cierto?, estás acosando a mi prometida?

-X: ¿tú qué? Jajajaja! ¡Esta zorra sí que es astuta! ¡Ya tenías a un coreano! ¡¿Quieres la nacionalidad ahora?!

-NN: ¡hey! – se veía muy enojado, se acercó al hombre y lo tomó del cuello con solo una mano – vuelves a insultar a mi prometida y te arrepentirás de haber salido de la cama esta mañana.

   ¿De dónde sacaba esa fuerza?, se veía menor que yo, pero aun así imponía respeto. Tanto que el viejo asqueroso ese decidió soltarse y retroceder, no sin antes mostrarnos el dedo del medio y salir corriendo.

In yeon 인연Donde viven las historias. Descúbrelo ahora