la apuesta

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Ruslana era una chica de 17 años, que no había tenido una vida fácil, ya que hace dos años se tuvo mudar con sus padres a Madrid a casa de su hermana, porque estos les estaban arruinando con sus adicciones. Lo único bueno para ella era que ahí vivía su mejor amigo por no decir como su mellizo Martin y que se había integrado muy bien en el grupo de amigos y eso era una de las pocas cosas que le hacía feliz, porque en su anterior colegio en Tenerifé le hacían bullying, ahí al menos tenía a sus amigos aunque se metieran con ellos también, ella hacía lo posible para defenderos.

Esa mañana se había despertado antes y estaba desayunando cuando entró su madre a la cocina. 

—buenos días, mamá. 

—Hola, no hables muy alto.

Ruslana sabía que anoche habían llegado otra vez borrachos, tanto que se quedaron dormidos en el sofá, por suerte para ella estaba ya en su habitación para cuando llegaron.

—¿Nos has hecho algo de desayuno? Viendo que Ruslana tenía un zumo con un cuento de cereales y unas tostadas.

—No, porque no sabía cuándo despertaríais y me tenia que ir enseguida a clase, dijo la pelirroja con cierto miedo en la voz. 

la expresión de su madre cambió y Ruslana se tensó, sintiendo mucho miedo de lo que le pueda pasar en ese momento.

—Si queréis podéis tomar el mío, dijo pensando que así se libraría de lo que le pudiera pasar si no lo hacía.

Ruslana se relajó al ver que su madre se llevaba su desayuno hacia el salón, cogió sus cosas y se dirigió camino al instituto.

cuando llegó al instituto y llegó junto a sus amigos a los asientos que había dentro del instituto. Ahí estaban su mejor amigo Martin, su amigo Paul,su amigo Alvaro y su amiga Bea.

-Hola , Rusli dijo Martin abrazándola dándole un beso en la frente

—¿De qué hablaban?

—Nada. Alvaro se quejaba por milésima vez de su ex, dijo Bea picándolo, todos soltaron una carcajada al ver a Alvaro fingiendo estar ofendido.

los cinco amigos siguieron conversando y teniendo conversaciones triviales cuando vieron al fondo a las "reinas del instituto" o como se hacían llamar ellas eran Violeta, Salma,Denna con su novio Alex, Naiara y por último Chiara.

Chiara no había tenido la vida tan difícil, de ello la había tenido bastante acomodada dado que sus padres tenían una buena posición económica, nadie se había metido con ella ya que era ella bueno mas sus amigas Salma y Naiara a veces violeta, ella pocas veces ayudaba a gastar las bromas, por lo que no se atrevían a meterse con ninguno con ella

el grupo se despidió de la parejita y se acercó al grupo de Ruslana.

— Hombre, si son mis bichos raros favoritos, dijo Naiara con aires de superioridad.

—¿Qué querréis? dijo Martin con la voz cansada por no querer discutir.

—Ay, Martin, tan agradable como siempre, no sé cómo te aguantará tu novio. dijo Violeta

Ruslana soportaba muchas cosas pero que se metieran con sus amigos eran cosas que no pensaba permitir.

— Más que la tuya, fijo cómo era que te había dejado, por qué le pusiste los cuernos como con 20 tías, ¿no?

—Mira, pelirroja, no te intentes hacerte pasar por algo que no eres, tú eres el peor bicho de ellos, nosotras solo hemos venido a hablar con Bea para ver si nos puede dejar una cosa para el examen de hoy, dijo Salma.

—Bueno, ¿qué queréis los apuntes y nos dejáis tranquilos? dijo Bea que no, que quería más problemas.

—Mima. si parece que te gusta Bea y todo, siempre tienes que venir junto a ella. No te intentes ocultarlo, no tiene nada de malo contestando Ruslana modo vacilón.

antes de que alguna pudiera responder, tocó el timbre y se fueron directos a sus clases, dejándolas con la palabra en la boca.