llego el día de la primera clase de Ruslana y chiara
chiara había preparado algo de picar y cogió el bajo, que por suerte tenia uno de aquel año, que iba a prender a tocarlo, pero sus padres le dijeron que era una perdida de tiempo y que se centrara en los estudios.
Ruslana llego alas tres como habían acordado
—hola Ruslana pasa, chiara le intento dar un abrazo pero esta se alejo quería que pasara lo mas rápido posible
—empezamos tienes tu bajo?
— si si qui lo tengo ¿oye tu cuando lo empezaste a tocar?
—desde pequeña, mira te voy a enseñar primero la posición, de los dedos para que toques unos acordes, simples
le empezo a enseñar una cancion mientras sonreia Chiara, concentrada, intentaba imitar los movimientos de su maestra.
—Eso es, muy bien. Ahora intenta mantener el ritmo —dijo Ruslana, observando a Chiara con atención.
Chiara sentía cómo cada acorde resonaba en su cuerpo. El bajo, aunque desafiante, le proporcionaba una sensación de logro y satisfacción que no había experimentado antes. A pesar de la actitud distante de Ruslana, Chiara estaba decidida a aprender.
—¿Por qué te alejaste cuando intenté abrazarte? —preguntó Chiara de repente, rompiendo el silencio.
Ruslana se detuvo por un momento, sorprendida por la pregunta. Sus ojos reflejaban una mezcla de emociones.
—No es nada personal, Chiara. Es solo que... no estoy acostumbrada a los abrazos. Prefiero mantener cierta distancia.
Chiara asintió, comprendiendo que había más detrás de esas palabras de lo que Ruslana estaba dispuesta a compartir. Decidió no presionar más y se centró en aprender los acordes.
Las dos pasaron la siguiente hora sumergidas en la música. Poco a poco, la tensión inicial comenzó a desvanecerse. Ruslana, aunque reservada, no podía evitar sentirse impresionada por la dedicación y la rapidez con la que Chiara aprendía.
—¿Quieres intentarlo tú sola ahora? —preguntó Ruslana.
Chiara asintió y comenzó a tocar la canción que Ruslana le había enseñado. Aunque hubo algunos errores, su progreso era notable.
—¡Muy bien! —exclamó Ruslana, permitiéndose una pequeña sonrisa—. Tienes talento, Chiara. Con práctica, llegarás lejos.
Chiara sonrió, sintiéndose orgullosa de sus logros. La lección terminó y Ruslana recogió sus cosas.
—Gracias, Ruslana. Espero la próxima clase con ansias.
—De nada. Nos vemos mañana—respondió Ruslana, y mientras se dirigía hacia la puerta, Chiara se lo habia pasado bien en esa clase

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la apuesta
Фанфикhistoria ruski: donde chiara acepta una apuesta de enamorar a la chica nueva de su instituto pero ¿sera ella la que termine enamorada?