Dolor.... Vacío....
Podía sentirlo todo, pero a la vez nada... El frío carcomía mis huesos....
Quería vomitar, esa sensación de pesadez se hizo presente en mi vientre....
Al agua cubría mi cuerpo, tenía los ojos cerrador, sí, no podía ver nada, pero podía sentirlo todo, podía sentir como mis heridas ardían, como el agua helada entumecia mi cuerpo, podía sentirlo...
Pesadez.
¿Sería este mi intento final? Tal vez, prefería eso, prefería que fuera el intento final, mi último intento de suicidio.
Sentía paz, demasiada, mi mente solo podía recordar sensaciones vagas que trataban de impulsarme a salir del agua. Pero no, no quiero salir, me niego a salir, no quiero seguir aquí, todo es doloroso, la vida es pesada, miserable, quiero llorar.
Pero....
¿Por qué? ¿Por qué de repente esos ojos azules brillantes, intensos, iguales de vacíos como los míos, por qué siento su mirada?
Oh Dios...
Puedo sentirlo, siento como alguien me toma del brazo, una fuerza increíble, duele. Su tacto duele... Pero es tan relajante salir del agua.
Puedo respirar, puedo inhalar un ligero aroma a fuego.
No quiero abrir los ojos, me niego a hacerlo, no quiero ver que de nuevo frustraron otro intento más....
Un golpe, una cachetada, abrí mis ojos instintivamente al sentir eso. Ardor acumulado en mi cuerpo a causa de las heridas, y ahora en mi mejilla izquierda, simplemente doloroso.
— Imbécil de mierda... Al menos Procura apagar la estufa para que nadie sepa que lo haz intentado de nuevo.
Esa voz... Esa voz... Esos ojos...
Chuuya.
Otra vez él, siempre es él, siempre está arruinando mis intentos... ¿Por qué me salva? No lo entiendo, no puedo comprender porque me sigue salvando la vida.
No pude pensar más, todo estaba claro, podía ver todo ahora.
Yo, en medio de la bañera, que desbordaba el agua de forma eminente, el agua manchada en sangre debido a todos los cortes que he tenido en mi piel. Definitivamente era una escena digna de película.
Chuuya al lado mio, aún sosteniendo mi brazo derecho, apretando fuertemente, viéndome con esos ojos azules, enojados, siempre estaba viéndome así.
Lo amo... Amo como me odia, amo sentir sus golpes, amo escuchar sus insultos.
El fuego, humo, a través de la puerta, ahora entendía todo.
Estaba incendiándose, mi departamento ardía en llamas y yo estaba en el baño, siendo rescatado por Chuuya.
Otra vez...
Salvado por él.
— Al menos atrévete a disculparte, escoria.
Chuuya estaba enojado, pero aún así, tomó una toalla, cubriendo mi cuerpo, dolor, sentía dolor, no podía moverme debido al frío, mi cuerpo estaba helado y ahora lo podía sentir.
Chuuya, Chuuya, Chuuya.
Siempre él.
Él...