𝙈𝙄𝙎 𝙐𝙇𝙏𝙄𝙈𝙊𝙎 𝙎𝙀𝙄𝙎 𝙈𝙀𝙎𝙀𝙎 (𝙃𝘼𝙉𝙏𝙀𝙉𝙂𝙐 𝘾𝙇𝙊𝙉𝙀𝙎)

Capítulo 5

[𝐴𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑐𝑖𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠]

La joven de cabellos rubios corría desesperada por la solitaria calle de Japón,todas las casas estaban apagadas y los pósters en la banqueta lograban iluminar un poco su empañada visión,estaba afónica de haber gritado y como quiera aunque estuviera sana de la garganta nadie saldría por una loca en la calle,la sangre saliendo por su costado derecho no se detenía y los golpes previamente dados después de haber sido abusada le cobraban
factura,sabía que no llegaría tan lejos y que sólo por salir una tarde con sus amigos del trabajo jamás volvería a ver a los seres que ama.

—<<No quiero morir,no quiero morir,no quiero morir,no quiero morir>> —Pensó desesperada,no tenía un tema claro en su mente para pensar.

Tenía la blusa arrancada totalmente y su brasier mal puesto,sujetaba su herida deseando que se detuviera a la vez que cada vez era más débil en cualquier momento su muerte sería inminente y no podría hacer nada para detener ese suceso tan injusto.

Sabía que aquel o aquellos hombres la seguían lentamente por diversió,jugaban con ella como un gato con un ratón antes de comerlo cruelmente.

Corría enfrente deseando que haya alguién enfrente,aunque finalmente no pudo más,sus piernas se tropezaron haciendo que ella cayera para enfrente cayendo al mojado piso ya que hace una hora estaba lloviendo,el impacto el cual intentó no raspara su cara poniendo sus brazos como escudo  provocó que sus codos tuvieran un feo color y lo peor es que su mejilla impactó contra la fría cera de la calle.

Ya no soportaría más mientras intentaba procesar unas últimas palabras cuando frente a ella logró ver a esos dos hombres frente a ella que la veían con una descarada sonrisa aún después de las atrocidades que hicieron,sus ojos se inundaron de lágrimas totalmente mientras elevaba la mierda y con sus últimas fuerzas procesaba sus últimas dolorosas palabras a la vez que tocia sangre.

—¿P-po-por qué? —pregunto con voz tremula con las lágrimas bajando por sus frías y lastimadas mejillas.

—Fácil linda —comentó el primero mientras ambos se ponían de cuclillas frente a ella y él elevaba él mentón de la joven para ver su última expresión de odio y rencor.

—Porque estabamos aburridos —contestó el segundo para después darle el golpe de gracia clavando un cuchillo en su espalda.

Así fue la muerte de aquella inocente mujer que solo pudo ver por última vez él rostro de sus asesinos viendo esos ojos brillantes bajo la máscara negra con esas escalofriantes sonrisas.

[...]

—¡Tienes suerte de que no fue más grave! —exclamó la doctora.