Tripulación

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El tornado lo tomo por sorpresa, sus alas son fuertes, pero el cansancio parecía estar ganando está vez.

Estaba demasiado lejos del barco como para regresar a salvo, tranquilo, acepto su destino.

El dolor casí lo deja inconsciente, más aún cuando el poderoso viento lo estrello contra un poderoso árbol, algo en su ala se quebró, seguro era el mismísimo árbol de Adán, sintió el aire escapar de sus pulmones para luego caer al suelo de madera desde gran altura.

Toser era lo único que su cuerpo quería hacer, incluso si ya no tenía más aire para ello, su visión, ya cansada, ahora era doble y bastante roja ¿Eso era sangre?

-Ouuu- Aquel ángel se quejo, tratando de aminorar el dolor respirando un poco. Varios ya le apuntaban con diversas armas, pero en realidad no le importaba, tenía cosas más importantes que pensar y eso no incluye hacer daño a nadie.

Solo unos minutos bastaron para que los demás se dieran cuenta de que el intruso, realmente no se sentía como tal, era como si limpiará el aire, un aura calida pero melancólica, como el abrazo de una madre a su bebé.

-Oye ¿Estás bien?- El chico aún no se movía, una de sus alas estaba colgando, parecía rota, la otra lo cubría, parecía tan angelical, tan frágil. solo podían ver su espalda, su cabello un tanto largo, tapaba su rostro, no había una palabra para describirlo, esos lindos rulos parecían ríos de obscuridad, pero no esa a la que los hombres temen, no, una que te incita a ver las estrellas y a disfrutar de la noche, esas que se sienten tan familiares.

-Ss-si, solo... mi ala- eso sonó más a un ciseo de dolor que a una respuesta honesta, sus hermosas alas vino, se veían igual de tensas.

Eso no impidió que sus corazones latieran un poco más y sus estómagos sintieran mariposas, una voz tan bonita.

-Puedo revisar, soy doctor yoi- el chico asintió solo un poco y cómo pudo, parecía realmente tener mucho dolor.

-Pops, lo llevaré a la enfermería- Era una petición disfrazada, si su padre lo considera peligroso, entonces lo arrojan al mar, si no, simplemente le concederá la acción.

-Esta bien hijo mío, solo ten cuidado, no creo que toser sangre sea normal, no lo muevan de manera brusca y tengan cuidado-

-Papá tiene razón, será mejor hacer las radiografías aquí, la máquina que nos dió aquel chico en la isla de la tecnología servirá.-

...

Siete días en enfermería, el pobre chico tenía no solo el ala rota, también algunas costillas y claro, los pulmones se lastimaron con el gran impacto.

-Pequeño ¿Te duele algo?- Por alguna razón Shirohige sentía que su hogar estaba casi completo ahora, era raro, como si una parte de su corazón volviera a florecer.

-Un poco, pero me siento mejor, muchas gracias por ayudarme- Y esa sonrisa, la sonrisa más bonita que alguien pueda ver, era celestial, incluso provocaba un leve sonrojo en todos. Tan lindo.

El silencio se instaló, algo cálido, es una paz extraña, como si todo el calor de la vida se posicionara en esa habitación.

-Gracias por ayudarme a llegar a Bany, se que cambiaron su ruta... lo siento-

El viejo solo pudo sentir agujas, se sentía tan antinatural y al mismo tiempo tan familiar que aquel niño pidiera perdón, Shirohige ya sabía que no podría negarle nada a su pequeño ángel, el chico era el brillo de la vida misma, con él, cualquier cosa parecía mejor.

Simplemente despeinó su suave y esponjosa melena con su pulgar.

-No tienes que disculparte mocoso, solo debes recuperarte, comer bien y dormir, nadie aquí te exigirá nada más-

Es raro, Edward Newgate jamás tuvo problemas para nombrar a alguien "hijo", pero con aquel pecoso.... ¿Le dolía? ¿Lo anhelaba? ¿Se sentía culpable o afortunado?

Todo un lío, aquel pecoso de bonita sonrisa y actitud alegre era la pieza faltante en esta familia.

-Buuenoo- El angel se sentó en la camilla, columpiando sus pies inocentemente -De todas formas yo les quiero agradecer por curarme, dejar que hablara con mi equipo y permitirme estar aquí-

-Esta bien niño, somos piratas, lo hacemos porque queremos-

El pequeño Ace rió, el chico no parecía tener más de 15 años, demasiado joven para estar solo por ahí, Edward nunca lo entendería, pero ese pensamiento le hacía tener ganas de abrazar y proteger al niño.

-Hablando de eso, aún no nos dices que eres ni como quedaste atrapado en aquel tornado- Thatch le entrego golosinas y una bandeja enorme de Carne con verduras, habían descubierto que el niño es un D o bien, no es humano, gracias a las cantidades descomunales que ingiere.

-Oh, es verdad mmmm... Mi padre dice que es peligroso... Asiii que.... Deben prometer no decírselo a nadie, por la garrita- El niño les dio una linda sonrisa, sus ojitos se enchinaron cuando extendió su manita hacia ellos, su meñique estaba levantando.

Una punzada más de preocupación para el viejo Newgate, este niño es demasiado confiado, si su secreto es peligroso, alguien podría lastimar a su angel.

-Bien, yo soy un ángel, me gusta ayudar a los humanos, un viejo amigo decía: "Las personas entienden hablando, no siempre es bueno pelear sin sentido alguno". Yo le creó, no me gusta lastimar a nadie, se que tengo que comer, pero cuando cazo, no lo hago por placer y tampoco soy cruel, intento que no duela-

-Así que un ángel yoi- Marco rodó los ojos antes de seguir, el ya típico reclamo del chico sobre "Ace, no yoi", sin entender por completo lo que es una muletilla.

-¿Y como es que un ángel no puede sanarse a sí mismo?-

-Pues verán, estábamos navegando tranquilos en el mar, jugábamos para no aburrirnos, ¡De pronto, el den-den mushi comenzó a llorar! Y yo intenté ayudarlo, resulta que un niñito intentaba comunicarse con alguien, malas personas lastimaron a su pueblo, estaba solo y muy asustado, así que volé-

Los comandantes estaban enojados, apretando los puños y la mandíbula al escuchar aquello, una gran diferencia con su padre, quién parecía más asustado por qué su niño viajará solo a ese lugar.

-Cuando llegué, la situación era muy fea, yo.... yo no podía salvar a todos.... no si quería tener fuerza para regresar almenos, pero en ese momento no me importo, simplemente les di todo, los cure, los cuide y los alimente. Me gusta sentir que puedo hacer feliz a las personas-

Levantó la vista, mirando a todos con esos ojitos de cachorrito, tan dulce, nadie resistió mimarlo.

-Luego, cuando todos estuvieron bien, un hombre mayor dijo que me tenía que ir, que ya no era bienvenido ahí por ser un demonio, portador de una fruta diabólica... Yo no entendí, yo no había llevado ninguna fruta, intenté preguntar pero luego me arrojaron al mar, me gusta nadar, así que estaba bien, solo debía buscar una isla y flotar o nadar hasta ahí, pero aún estaba tan cansado, creo que me dormí y cuando desperté, sentí peligro, me volte, sacudiendo mis alitas lo más rápido que pude para volar lejos..... No funcionó, estaba demasiado agotado, termine siendo absorbido por el tornado, sin poder, sin fuerza.... Siento ser una carga, ¡Les prometo compensarlo cuando encontremos a mi tripulación!-

Todos se agolparon a su alrededor, es que simplemente ser tan dulce no es normal, demasiada inocencia en esos ojitos grises.

¿Habrá alguien que lo cuide en aquella tripulación?

Esperaban que si, estúpidos pueblerinos supersticiosos, seguro se sintieron como idiotas al ver qué sus alas no desaparecían al tocar el mar, ni siquiera se hundió.

Ace, ajeno a todo, solo se propuso comer, dormir y sanarse, tal y como dijo el viejo.

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