𝓔𝓵 𝓶𝓮𝓳𝓸𝓻 𝓭𝓲́𝓪 𝓭𝓮 𝓶𝓲 𝓿𝓲𝓭𝓪

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Éste era uno de los mejores días de mi vida, por fin tenía todo lo que había soñado, por fin estaría junto al hombre que amo para siempre –

– Un escalofrío recorría mi cuerpo, sinónimo de lo nervioso y temeroso que me encontraba, una de mis damas estaba terminando de arreglar el velo que traía puesto, otra estaba simplemente contemplandome y mirándome de una manera tan cariñosa –

- Te miras tan bonito, pequeño.. Pareciese que tan sólo ayer el y tu se hicieron pareja formalmente.. Dios.. Estoy tan orgullosa de ustedes dos mi pequeño..

– Escuchar hablar así a mi dama la cual consideraba, casi, una madre era tan conmovedor, mi segunda dama me miro con sus ojos cristalizados y solamente me sonrió tiernamente –

– Alguien más entró a la habitación en donde nos encontrábamos, eran mis demás damas, verlas ahí, con sus vestidos azules, con sus tocados tan elegantes, sonriendo por el hecho de que me casaría con el amor de mi vida era simplemente maravilloso –

- Estoy tan nervioso.. // Sentía que mis manos sudaban, mi respiración era algo agitada y mi corazón estaba muy acelerado, voltee a mirarme al espejo, el traje era simplemente hermoso, blanco con algunas piedras azules y tonos dorados adornando el pequeño tul que traía en la parte de la cintura //

- Todo estará bien pequeño, se que a él le encantará el como te mirás // Me dijo con certeza una de mis damas, ella sabia lo que pasaba por mi cabeza en estos momentos, sabía que mi nerviosismo era más que mi antojo de fresas en este instante //

- Tu crees?.. No lo se.. No pienso con mucha claridad en este momento.. Lo único que quiero es estar ya en sus brazos.. Y que por fin seamos esposos..

– Una sonrisa dibujaba mi rostro, se escuchó el sonido de la música anunciando que era hora de entrar y pararme en el altar junto a él, la melodía era tan hermosa, esa melodía de nuestra canción favorita "Can't Help Falling In Love" de Elvis Presley, esa hermosa canción que hace que solo piense en nuestros mejores momentos –

– Avance hacia la puerta, mi madre y mi padre estaban ahí, ambos al lado mío, me sonrieron y con solo eso pude saber que todo iria bien, se abieron las grandes puertas, los invitados aplaudían y el camino de Rosas blancas era simplemente perfecto, al final del camino lo vi.. Vi al hombre que amo, a mi futuro esposo –

– Estaba sonriendo, esas mejillas que me encantaban tenían un leve tono carmesí, su sonrisa me transmitía paz y tranquilidad, sus ojos.. Simplemente hermosos.. Tan hermoso como cuando lo vi por primera vez –

<< Se mira tan guapo.. Aun recuerdo cuando tan sólo heramos unos adolescentes aprendiendo a amar.. Cuando decíamos que nos casariamos.. Y ahora.. Ahora eso se hará realidad.. >>

– Al llegar el juez pidió que los demás tomaran asiento, no escuchaba exactamente lo que decía, estaba más concentrado en la belleza de mi muy pronto esposo, no se como o cuando llegamos a la parte que más entusiasta me ponía –

- 𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂, 𝑨𝒍𝒂́𝒏 ¿𝒂𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒔 𝒂 𝑳𝒆́𝒐 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒖 𝒍𝒆𝒈𝒊́𝒕𝒊𝒎𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐?

– La pregunta que más me ponía nervioso.. Por mi cabeza pasaban un sin fin de preguntas en las cuales todas y cada una de ellas tenían un final desastroso pero me tranquilice al oír la respuesta de Alán –

– 𝓢𝓲, 𝓪𝓬𝓮𝓹𝓽𝓸́

  – Oírlo decir eso, que me diera una sonrisa llena de felicidad y ver sus ojos iluminarse era simplemente magnífico, quería llorar, quería poder besarlo ya, quería gritar de tan grande emoción –

– 𝑨𝒉𝒐𝒓𝒂 𝑳𝒆́𝒐, ¿𝑨𝒄𝒆𝒑𝒕𝒂𝒔 𝒂 𝑨𝒍𝒂́𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒕𝒖 𝒍𝒆𝒈𝒊́𝒕𝒊𝒎𝒐 𝒆𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐?

– La pregunta sonaba bastante irreal, no pude contenerme más y algunas lágrimas calleron por mis mejillas para después pronunciar las siguientes palabras –

– 𝓢𝓲.. 𝓐𝓬𝓮𝓹𝓽𝓸.. 𝓐𝓬𝓮𝓹𝓽𝓸́..

– 𝑴𝒖𝒚 𝒃𝒊𝒆𝒏, 𝒂𝒉𝒐𝒓𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒄𝒍𝒂𝒓𝒐́, 𝒇𝒊𝒏𝒂𝒍𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆 𝒆𝒔𝒑𝒐𝒔𝒐𝒔, 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆 𝒃𝒆𝒔𝒂𝒓 𝒂𝒍 𝒏𝒐𝒗𝒊𝒐

– Al escuchar eso solamente sonreí ampliamente, Alán se acercó a mi rostro y yo instintivamente uni nuestros labios en un tierno beso, escuchando la euforia de los invitados mientras sonaba de fondo nuestra canción.. Después de eso todo se volvió negro –





ᴅᴇsᴘᴇʀᴛᴇ́ ᴇɴ ᴍɪ ʜᴀʙɪᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ, ᴏᴛʀᴀ ᴠᴇᴢ ʜᴀʙɪ́ᴀ ᴛᴇɴɪᴅᴏ ᴇsᴇ ᴍᴀʀᴀᴠɪʟʟᴏsᴏ sᴜᴇɴ̃ᴏ.. ᴍɪʀᴇ ᴍɪ ᴛᴇʟᴇ́ғᴏɴᴏ, ɴɪɴɢᴜɴᴀ ɴᴏᴛɪғɪᴄᴀᴄɪᴏ́ɴ.. ᴇʟ ᴜ́ɴɪᴄᴏ ǫᴜᴇ ʀᴇᴄᴏʀᴅᴀʙᴀ ᴍɪ ᴇxɪsᴛᴇɴᴄɪᴀ ᴇʀᴀ ʟᴀ ᴀᴘʟɪᴄᴀᴄɪᴏ́ɴ ᴅᴇʟ ᴄʟɪᴍᴀ, ᴏ̨ᴜᴇ ɪʀᴏ́ɴɪᴄᴏ ᴊᴀᴊᴀᴛᴀʟ ᴠᴇᴢ ᴇʀᴀ ᴘᴏʀ ǫᴜᴇ ᴇʀᴀɴ ʟᴀs 3 ᴅᴇ ʟᴀ ᴍᴀɴ̃ᴀɴᴀ.. ᴍᴇ ʜᴀʙɪ́ᴀ ᴅᴇsᴠᴇʟᴀᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴛᴇʀᴄᴇʀᴀ ᴠᴇᴢ ᴇɴ ʟᴀ sᴇᴍᴀɴᴀ ʏ sɪᴇᴍᴘʀᴇ ᴅᴇsᴘᴇʀᴛᴀʙᴀ ᴘᴏʀ ᴇsᴇ sᴜᴇɴ̃ᴏ.. ᴇsᴇ ᴛᴀɴ ʜᴇʀᴍᴏsᴏ sᴜᴇɴ̃ᴏ.. ɴᴏ ʟᴏ sᴇ, ᴛᴀʟ ᴠᴇᴢ ᴇɴ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ ᴇʟ ʏ ʏᴏ ᴘᴏᴅʀᴇᴍᴏs ᴄᴀsᴀʀɴᴏs.. ʏ ᴄᴜᴍᴘʟɪʀ ᴛᴀɴᴛᴀs ᴄᴏsᴀs.. ᴍɪʀᴇ ᴘᴏʀ ʟᴀ ᴠᴇɴᴛᴀɴᴀ, ᴄᴇʀʀᴇ́ ʟᴏs ᴏᴊᴏs ʏ sᴜᴘʟɪǫᴜᴇ ᴀ ᴅɪᴏs ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ ᴛᴏᴅᴏ ᴇsᴛᴜʙɪᴇʀᴀ ʙɪᴇɴ.. ᴘᴀʀᴀ ǫᴜᴇ sɪɢᴜɪᴇ́ʀᴀᴍᴏs ᴀᴍᴀɴᴅᴏɴᴏs.. ᴜɴᴀ ʟᴀ́ɢʀɪᴍᴀ ʀᴇsʙᴀʟᴏ́ ᴘᴏʀ ᴍɪ ᴍᴇᴊɪʟʟᴀ ʏ sɪɴ ᴍᴀ́s ǫᴜᴇ ʜᴀᴄᴇʀ sᴏʟᴏ ᴍᴇ ᴀᴄᴏᴍᴏᴅᴇ ᴇɴ ᴍɪ ᴄᴀᴍᴀ ʏ ᴀʙʀᴀᴄᴇ ᴍɪ ᴘᴇǫᴜᴇɴ̃ᴏ ᴄᴏɴᴇᴊᴏ ᴍᴏʀᴀᴅᴏ, ᴇsᴘᴇʀᴀɴᴅᴏ ᴛᴇɴᴇʀ ᴇsᴇ ʜᴇʀᴍᴏsᴏ sᴜᴇɴ̃ᴏ ɴᴜᴇᴠᴀᴍᴇɴᴛᴇ ʏ ᴇɴ ᴜɴ ғᴜᴛᴜʀᴏ.. ᴘᴏᴅᴇʀ ᴄᴜᴍᴘʟɪʀʟᴏ ᴄᴏɴ ʟᴀ ᴘᴇʀsᴏɴᴀ ǫᴜᴇ ᴍᴀ́s ᴀᴍᴏ ᴇɴ ᴇsᴛᴇ ᴍᴜɴᴅᴏ.. ʏ ʟᴀ ᴄᴜᴀʟ ᴀᴍᴀʀᴇ́ ᴘᴀʀᴀ sɪᴇᴍᴘʀᴇ, ᴇsᴛᴇ ᴅᴏɴᴅᴇ ᴇsᴛᴇ, ᴠɪᴠᴀ ᴅᴏɴᴅᴇ ᴠɪᴠᴀ, sɪᴇᴍᴘʀᴇ ʟᴏ ᴠᴏʏ ᴀ ᴀᴍᴀʀ...

Historias pendejas que se me ocurrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora