477 a.C.

5 1 0
                                    

Estaba preparada para salir del escondite, ya que mi madre le había dicho a Hera que no era hija de Zeus, que era hija de Hefesto, odio fingir que soy hija de ese ser con tanta fealdad inhumana, hasta él se lo creyó, como siempre, ya que mis medio hermanos tampoco eran suyos.

Con mi verdadero padre me llevo bien, me da regalos a escondidas por ser casi igual que mi madre, Afrodita. Mi madre casi no me habla porque me tiene envidia de mi belleza sobrenatural y muchos amantes de ella se han enamorado profundamente de mí, no me extraña, soy demasiado hermosa, pero demasiado extraña a la vez, no siento atracción hacia ninguno de los pretendientes masculinos de mi madre, a veces siento que es una maldición que me ha puesto Hera, esa vieja malvada.

Me encontraba practicando y perfeccionando mis poderes de hielo hoy, otro día monótono, yo siempre siendo tan hermosa, es un sufrimiento ser tan bella, a veces desearía ser un poco menos bella, como mi madre o como Hera. Rompí en llanto, no puedo soportar ser tan bella y mañana otro día igual, practicaré mis poderes de fuego y al otro día la tierra, así sucesivamente, cuando llegará el día de hacer algo nuevo...

Triste, fui con mi padre a que me consolara. No me ayudó mucho, sigo siendo hermosa. Él me intentaba consolar diciéndome:

-Siento que seas tan perfecta, mi vida, pero saliste a tu mamá.

-¡Es mentira! Ella es más fea que yo.

-Sí, tú eres la más bella.

-Lo sé.

Mi padre intentó coquetear conmigo, me estaba diciendo que era la más bella y que me quería probar, le dije que no estaba segura de eso, pero al final lo acepté.

-Me alegra mucho qué aceptes mi propuesta, cariño~.

-P-p-p-p-p-p-p-p-p-p-p-papá, que e-e-e-estas haciendo?

-Nada, cariño, nada malo de qué preocuparse, solo relájate~.

-Sí tú lo dices, papá...sonríe nerviosamente.

Él empezó a tocarme los pechos de manera desesperada y yo soltaba gemidos, cuando terminó con mi busto, su dedo índice recorría la línea de mi abdomen alcanzando el ombligo, hasta llegar al monte de venus y posteriormente mi clítoris. Lo empezó a frotar suavemente en círculos. En ese momento entró la envidiosa Hera, apurados nos vestimos rápidamente.

-¿Qué hacen?

-Nada, hablando-dijo Zeus algo nervioso evitando el contacto visual. Hera mostraba sospechas de esto, haciendo que yo me preocupara más.

Nerviosa me fui semidesnuda mostrando mi vientre y mis pechos al aire.

Estaba emocionada por repetir esta experiencia, pero esta vez terminarla, sin que Hera nos moleste. Quería sentir algo más profundo, quería experimentarlo mejor, siempre oí decir a mi madre como hacerlo con dos o más a la vez.

Llegó el día en que podía hacerlo sin preocuparme de que Hera me matara, decidí intentarlo con uno de los muchos pretendientes que tenía.

Hades, mi tío, era uno de mis pretendientes, era un poco más callado que Zeus, pero era muchísimo más caliente que su hermano, o eso dicen de los callados...

Los dos llegamos a la casa de mi padre, mi clítoris estaba hinchado por la excitación y a Hades se le notaba un bulto en su ropa.

Zeus nos recibió sin ropa, yo inmediatamente me quité la ropa y me recosté en la nube, Hades estaba un poco sorprendido. Empecé a masturbar el pene de Zeus con mi boca mientras Hades lamía mi centro, estaba en un sueño, cuando de repente siento un dedo en mi feminidad y suelto un gemido ahogado por el pene de Zeus. Zeus intenta acercar más mi cabeza a él, alejando mi cuerpo de Hades, Hades se enoja y me mete su miembro de una embestida, cada vez iban más rápido y nuestros gemidos se unían de manera sonora, llegamos al clímax y ellos soltaron el líquido blanco, estaba llena de su semilla, enseguida ya estábamos listos para una siguiente ronda.

Esta ronda era diferente, Zeus quería embestirme por mi segundo orificio, yo acepté porque quería probar cosas nuevas. Empezamos de nuevo, él mete la punta en mi interior, cada vez va más profundo, parecía no acabar nunca, hasta que llega el momento, logra meterla toda, vino Hades a meter su miembro en mi feminidad, me dolía un poco pero ese dolor se convirtió en placer de inmediato, sus embestidas eran increíblemente fuertes, yo ya movía mis caderas, estábamos coordinados, nos vinimos otra vez, me encantó, nos dormimos abrazados los 3, yo en el medio y ellos abrazando mi pequeño cuerpo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

ENTRE DIOSESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora